El ex director general de Trabajo de la Junta Francisco Javier Guerrero destacó ayer las numerosas "indicaciones" que recibió de José Antonio Viera, exconsejero de Empleo, en las ayudas que investiga la juez Mercedes Alaya, que según dijo solo conocían los más próximos a la Administración.

Guerrero compareció ayer por segundo día ante la jueza Mercedes Alaya, que investiga los ERE irregulares y otras ayudas de la Junta, ante la que dijo que al tratarse de fondos "discrecionales" y "sin publicidad" solo eran conocidos por "los más próximos" a la Junta.

"Al ser discrecionales y sin publicidad, era lógico que solo se enteraran las personas de su entorno, de la Consejería de Empleo, de la Junta o de las organizaciones sindicales", dijeron a los periodistas los abogados presentes durante un receso.

Las ayudas se daban de manera discrecional "pero no arbitraria", insistió el imputado, y sin orden reguladora, en un criterio que partió del exconsejero de Empleo Viera, pero fue continuado por sus sucesores.

Se trató de un "criterio político" que "todo el mundo conocía y nadie puso reparos", según las fuentes. Guerrero dijo que él mismo elaboró órdenes para que "todo el mundo conociera las ayudas", pero no pasaron el "consejillo" de viceconsejeros que encabezaba el entonces consejero de Presidencia Gaspar Zarrías.

Al centrarse el interrogatorio en las ayudas a empresas de la Sierra Norte de Sevilla, Guerrero dirigió sus criticas a Viera, de quien dijo que le dio numerosas "indicaciones" a petición de alcaldes de la zona e incluso una ayuda que recibió el restaurante Posada del Moro respondía a un "compromiso directo" del exconsejero.