Los Mossos d''Esquadra y la Policía Nacional han detenido a siete personas, de las que cinco ya están en prisión, en una operación que ha permitido desarticular una red acusada de una quincena de estafas bancarias en las que consiguieron 300.000 euros al robar cheques bancarios, falsificarlos y cobrarlos.

Según han informado ambos cuerpos policiales, el grupo estaba liderado por personas de origen congolés, aunque entre los detenidos también hay un camerunés y cuatro españoles, que ponían su rostro en la documentación falsificada y abrían las cuentas bancarias en las que se ingresaba el importe de los cheques.

La investigación, que se inició a finales del año 2010, ha permitido descubrir que el grupo seguía siempre un mismo patrón operativo, ya que primero había unas personas que se encargaban de la sustracción de los cheques, que normalmente eran nominales.

Una vez obtenido el cheque, se falsificaba su importe y, si era necesario, también se alteraban los datos del titular.

Cuando el cheque ya estaba falsificado, tras dotarlo de una importante cantidad de dinero, se ingresaba en las cuentas bancarias que previamente se habían abierto con documentación falsificada.

Pocos días después de ingresar el dinero en la cuenta bancaria, los responsables de la red reintegraban todo el importe, a través de cajeros automáticos, antes de que la entidad bancaria pudiera detectar que el cheque era falso.

Los miembros de la organización tenían sus funciones delimitadas, ya que había quien se encargaba de sustraer los cheques, quien los falsificaban y quien reclutaba a ciudadanos españoles para que pusieran su rostro en la documentación falsificada para abrir cuentas bancarias.

La investigación, conjunta entre los Mossos y la Ucrif de la Policía Nacional, ha permitido descubrir que algunas de las transferencias que se recibían en estas cuentas procedían de varias partes de España, pero también de países como Bélgica, Francia o Suiza, donde la organización podría tener vínculos indeterminados.

Además, el grupo realizaba supuestamente transferencias no consentidas desde cuentas bancarias con datos obtenidos de forma fraudulenta, ya que previamente habían obtenido las claves de acceso a la banca electrónica de sus víctimas.

La operación policial culminó el viernes de la semana pasada, 2 de marzo, con la detención de los siete supuestos miembros de la red y dos entradas y registros en domicilios de Rubí y Barcelona, donde se intervinieron 14.500 euros en billetes de 500 euros, así como diversa documentación falsificada y sustraída.

En los registros también se encontraron las prendas de vestir que los acusados llevaban cuando extraían el dinero en los diferentes cajeros, donde fueron grabados por las cámaras de seguridad.

Por el momento, los Mossos y la Policía Nacional tienen constancia de que la red ha cometido por lo menos una quincena de estafas, aunque no se descarta que esta cifra pueda aumentar a partir de la documentación incautada.

Los siete detenidos, de los que cinco ya han ingresado en prisión provisional, tienen edades comprendidas entre los 28 y los 64 años de edad, y son de nacionalidad española (cuatro de ellos), congolesa (dos) y camerunesa (uno), y están acusados de los delitos de estafa, falsedad documental y pertenencia a grupo criminal.