HABÍA una película americana cuyo argumento giraba en torno a las primeras extracciones de petróleo en Texas y a cómo le cambió la vida a las personas. A nosotros, por lo visto, no nos va a cambiar nada. Dicen que hay oro negro en aguas isleñas -mejor, en aguas españolas y marroquíes, porque nosotros no tenemos aguas-, pero el Parlamento -ocioso- de Canarias se niega a permitir su extracción.

En realidad, se trata de una negativa simbólica, puesto que Canarias no tiene jurisdicción alguna sobre esas aguas, a pesar de que Zapatero nos engañó a todos -y sobre todo a Paulino Rivero- "entregándole" competencias que no podía ceder, según el Tratado de Montego Bay. Serán los gobiernos de Marruecos y de España quienes autoricen o nieguen a Repsol las prospecciones, dependiendo por dónde la petrolera quiera meter la pica. Le saldría mucho más barato hacerlo por el lado marroquí, porque a lo mejor son 300 metros de profundidad los que hay allí, mientras que por el lado español hay más de 3.000. Pero, vale, esto ya lo decidirán quienes tengan que hacerlo.

A mí -no sé a ustedes- me extraña la actitud de un Parlamento que dice que no a la riqueza. 13.000 millones de euros en 20 años es lo que recibirían las Islas. Es decir, serían las más ricas del mundo. Pero Paulino y los suyos, incluido el PSOE, que antes decía que sí y ahora que no, quieren vivir y morir en una tierra empobrecida. ¿La excusa?: que las extracciones pueden perjudicar el medio ambiente. Es decir, que no trabajan sobre una certeza, sino sobre una hipótesis. Se niegan a que se explore, por lo que pueda pasar. Qué mentes tan preclaras tiene CC en el Parlamento regional. Una Cámara que se dedica a criticar la línea editorial de este periódico, porque no le gusta que de vez en cuando le recuerden cuatro verdades, ni que agitemos las conciencias dormidas -dormidas y aburridas- de los canarios decentes.

Si a Repsol le llenan mucho la cachimba se irá a Marruecos. Y le pedirá al moro que conceda el permiso para picar en el océano y extraer el petróleo que hará ricos a los marroquíes y dejará a los canarios con la boca abierta. Con la boca de pobres que nos regalan don Paulino y su cuadrilla de inútiles.

Con esta gente Canarias no tiene remedio. Por eso nos parece muy bien la teoría de Fernando Clavijo, uno de los mayores valores nacionalistas, expuesta en una entrevista que emitirá El Día Televisión la próxima semana: hay que limitar a ocho años el mandato de los políticos en un mismo cargo. Así -añadimos nosotros- se irán solos, sin necesidad de darles una patada en el culo el día electoral.