Los nutricionistas han denunciado hoy la proliferación de entornos que condicionan y favorecen la obesidad, los denominados "ambientes obesogénicos", caracterizados por multitud de tiendas de conveniencia de productos elaborados y de restaurantes de "comida rápida" en una misma unidad geográfica.

Revisar y corregir estos aspectos ambientales sería una de las medidas para combatir las cifras cada vez más preocupantes que está alcanzando el sobrepeso en España y que sitúan a este país a la cabeza de Europa en obesidad, con cifras de prevalencia de alrededor del 25%.

Este problema se ha puesto de manifiesto en la mesa redonda "Recomendaciones nutricionales basadas en la evidencia para la prevención y el tratamiento de la obesidad y el sobrepeso", celebrada en las XVI Jornadas Nacionales de Nutrición Práctica.

El doctor Joan Quiles, del Centro Superior de Investigación en Salud Pública de la Generalitat Valenciana, ha expuesto los resultados de un análisis realizado sobre la evidencia científica acumulada de la relación entre ambiente y peso corporal.

Así, dieciséis estudios revelan que la ausencia de supermercados con disponibilidad, por ejemplo, de frutas y hortalizas, o su ubicación a grandes distancias, sobre todo en núcleos humanos con niveles socioeconómicos desfavorecidos, son factores condicionantes de un mayor índice de masa corporal en el vecindario.

"El incremento del número de restaurantes de comida rápida en una unidad geográfica y de tiendas de conveniencia también está relacionado con un mayor índice de masa corporal medio poblacional", ha relatado Quiles.

Y es que las tiendas de conveniencia, por su tamaño, ofrecen una variedad menor de productos que los supermercados, y se centran en bebidas, comida basura -panecillos, frituras, dulces y golosinas-, enlatados, congelados, conservas y minoritariamente, productos frescos. Debido a que los clientes suelen ir de paso o con prisa, es frecuente que se venda comida preparada y consumible inmediatamente.

El análisis ha revisado seis estudios en los que se ha demostrado que los vecindarios con problemas socioeconómicos -paro, ingresos y nivel educativo bajos- están asociados con más obesidad y con una ingesta dietética pobre.

Ocho investigaciones encontraron que la disponibilidad de la alimentación saludable, directamente o a través de la ausencia de supermercados o la distancia de ubicación, están asociadas con el peso corporal y la ingesta dietética de frutas y hortalizas.

Finalmente, otras dos indagaciones corroboraron que la alta densidad de los restaurante de "comida rápida" y locales de conveniencia estaba asociada con la altas prevalencias de sobrepeso.

El doctor ha desgranado un documento de consenso de sociedades médicas, en el que se han delimitado las pautas para la prevención de la obesidad.

Ha destacado, entre ellas, la prevención mediante dietas que contengan alimentos con baja densidad energética, estrategias que hagan posible la disponibilidad alimentaria y el acceso a alimentos saludables, limitando el consumo habitual de "fast food", y la utilización de raciones de menor tamaño.

Una mayor adhesión a la dieta mediterránea, la presencia importante de hidratos de carbono, aumentar el consumo de fibra a partir de alimentos de origen vegetal y limitar la ingesta elevada de bebidas alcohólicas son otras de las pautas a seguir.

Los expertos proponen aumentar la toma de frutas, hortalizas y cereales integrales, reducir la frecuencia de consumo de bebidas azucaradas, moderar la ingesta de frutos secos y rebajar el elevado consumo de carne y productos cárnicos.