La Real Academia Española fue ayer el escenario, por primera vez en su historia, de un homenaje al euskera en el que se ha apelado a la convivencia entre las lenguas cooficiales de España y pedido que en Euskadi, ahora que "ha callado la violencia", se pueda "hablar entre todos".

"El euskera no es un muro, sino un puente". Esa afirmación, y la alusión al final de la violencia, forman parte del texto que la consejera vasca de Cultura, Blanca Urgell, había preparado para el homenaje y que, al no poder asistir por problemas con su vuelo, ha leído Aizpea Goenaga, directora general del Instituto Vasco Etxepare.

El homenaje, presidido por el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, fue también la primera ocasión en que representantes de instituciones lingüísticas del País Vasco, Galicia y Cataluña participaban en un acto público en la sede de la RAE.

Se trataba de destacar la importancia del euskera, y esta lengua cargada de historia y que hoy hablan más de 850.000 personas se escuchó una y otra vez durante el emotivo acto de la Academia.

La mayoría de los participantes, incluido el ministro, la han alternado con el castellano. Lo han hecho porque la ocasión lo requería y quizá porque, como decía la consejera en su texto, "pocas cosas ensanchan tanto el corazón de un vasco como oírles a ustedes unas palabras en euskera".

"El euskera no es solo una venerable herencia, sino una lengua viva", aseguró.