El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, dijo ayer que la actuación policial durante las protestas de febrero en Valencia fue "adecuada y proporcionada" y atribuyó los incidentes ocurridos a que los estudiantes del instituto Lluís Vives no comunicaron la primera de ellas.

Según el titular de Interior, si el 13 de febrero los alumnos que protestaban contra el corte de la calefacción en su instituto hubieran comunicado a la Delegación del Gobierno que iban a concentrarse en la calle, la Policía habría dispuesto "cuanto fuera necesario" para que ejercieran su derecho y "ninguno de los altercados que con posterioridad se produjeron habría tenido lugar".

Fernández Díaz, que recordó que la directora del centro declaró luego a los medios que la calefacción no había sido cortada, se pronunció así durante su comparecencia en la comisión de Interior del Congreso para explicar la actuación policial en Valencia durante las protestas en esa ciudad entre los días 13 y el 29 de febrero.

El ministro leyó un resumen del informe realizado por la subdelegación del Gobierno, según el cual en ese tiempo se produjeron 43 detenciones y 60 personas resultaron heridas, de las que 21 eran agentes de policía y seis menores de edad.

Sin sanciones

Fernández Díaz subrayó que la Policía "desconocía" el motivo del primer acto de protesta, una concentración a las puertas del instituto Lluís Vives, ya que no había sido comunicado y añadió que en los dos días siguientes se produjeron nuevas protestas no comunicadas con cortes de tráfico.

El día 15 tuvo lugar la primera detención: un menor de 17 años -el único de los 43 detenidos que era alumno del Lluís Vives, dijo el ministro- fue arrestado tras dar un manotazo a la gorra de un policía y morder y propinar patadas a otros.

Tras nuevas protestas durante el fin de semana, en la tarde del lunes 20 hubo más concentraciones no autorizadas y se produjo "la primera y única carga policial que ha tenido lugar durante los días de las movilizaciones". Ese día fue el más violento, con 39 heridos -incluido un transeúnte alcanzado en la cabeza por una botella lanzada por los manifestantes-, y también en el que se practicaron más detenciones: 26.

Según el ministro, el informe concluye "que no existen elementos para instruir diligencias contra ningún funcionario de policía" y que la actuación de los agentes fue "adecuada y proporcionada". Calificó de "encomiable" la labor policial y alabó la profesionalidad de sus miembros y aportó un vídeo con imágenes de manifestantes insultando a los agentes.