Las autoridades brasileñas detectaron ayer una "tenue mancha" de crudo de cerca de un kilómetro de extensión en el océano Atlántico, tras al vertido anunciado el pasado jueves por la petrolera estadounidense Chevron.

La mancha de petróleo se encuentra a 130 kilómetros de la costa del estado de Río de Janeiro, en la región del Campo de Frade, donde se produjo la filtración ocurrida en una grieta en el fondo del mar, según un comunicado emitido conjuntamente por la Marina, la Agencia Nacional del Petróleo (ANP) y las autoridades ambientales.

La filtración de crudo tuvo lugar a cerca de tres kilómetros de distancia de un pozo de Chevron que hubo de ser sellado el pasado noviembre después de producirse un vertido de 2.400 barriles de crudo, según los cálculos de la empresa.

Las autoridades anunciaron que al comienzo de la semana que viene celebrarán una reunión para evaluar los daños ambientales y coordinar sus acciones de respuesta.

Asimismo aseguraron que trabajan permanentemente en el área verificando los procedimientos que Chevron está adoptando para dispersar la mancha.

El Ministerio Público Federal (Fiscalía) anunció este viernes que pretende presentar una denuncia penal contra los responsables de la compañía estadounidense por el vertido de esta semana y el del pasado noviembre.

Multas

Las autoridades del país han impuesto diversas multas a la empresa, que también se enfrenta a demandas judiciales que solicitan que se le impida operar en Brasil y que pague cuantiosas indemnizaciones.

Al conocerse el último vertido, Chevron anunció que va a suspender temporalmente la producción de petróleo en el Campo de Frade, que se encuentra ubicado en la cuenca de Campos, región donde se extrae aproximadamente el 90 por ciento de los hidrocarburos de Brasil.

La compañía energética extraía cerca de 61.500 barriles de petróleo por día en el Campo de Frade, que tiene reservas calculadas de entre 200 y 300 millones de barriles de crudo recuperables.

La empresa estadounidense es la operadora del proyecto, con un 51,74 por ciento de las acciones. En él también participa la estatal brasileña Petrobras, con un 30 por ciento y el consorcio japonés Frade, con el 18,26 por ciento restante.