El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, calificó hoy de tragedia personal propia la ejecución de los dos terroristas condenados a muerte por el atentado con bomba contra el metro de Minsk, en el que murieron 15 personas.

"Para mí fue una nueva tragedia en mi vida. Pero sufrí aún más por los padres de esa gente, a los que no puedo ayudar", afirmó Lukashenko al canal ruso Russia Today.

Lukashenko añadió: "A menudo me preguntan: ''Ya lo he dicho públicamente que para mí lo más difícil es firmar el correspondiente decreto negando el indulto''".

"He indultado en todo este período, me parece, que a una sola persona", dijo el líder de Bielorrusia, único país europeo que aún aplica la pena de muerte.

Las autoridades bielorrusas informaron el sábado pasado sobre el fusilamiento de Vladislav Kovaliov, cuya petición de indulto fue rechazada por el presidente, y Dmitri Konoválov, lo que provocó la condena internacional.

"La Unión Europea nunca me pidió suspender la ejecución de esa gente. La UE siempre nos ha pedido abolir la pena capital", dijo.

Lukashenko añadió: "Este es un claro caso criminal. Por cierto, un caso criminal extraordinariamente catastrófico, que no merece perdón".

"Creo que así habrían procedido en Rusia y en otros países. Se respetaron todos los procedimientos judiciales. El proceso fue abierto. la madre tenía alguna sospecha o duda y yo también insistí en ello: cualquier señal debe ser comprobada. Y así fue", indicó.

Por todo ello, añadió: "El proceso fue absolutamente transparente desde el principio hasta el final".

Konoválov, que fue detenido por el KGB bielorruso 24 horas después del bombazo, confesó su culpabilidad en el atentado perpetrado el 11 de abril de 2011 en una estación de metro del centro de Minsk y en otros dos actos terroristas de menor gravedad.

Mientras, Kovaliov reconoció tener conocimiento de los planes de Konoválov y no haber informado sobre ellos a las autoridades.

La explosión en el metro de Minsk tuvo lugar en hora punta en la céntrica estación de metro "Oktiábraskaya", no lejos de la residencia del presidente bielorruso.

El presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE), Jean-Claude Mignon, condenó la ejecución y lamentó que las autoridades bielorrusas hayan "hecho oídos sordos a las numerosas llamadas de clemencia de la comunidad internacional".

Mientras, la veterana presidenta de la ONG rusa "Grupo de Helsinki de Moscú", Ludmila Alexéyeva, calificó de "horror" el fusilamiento y puso en duda su autoría en el atentado terrorista en el metro de Minsk por el que fueron condenados.

"Existen dudas muy serias y fundadas de que fueran estas personas las que activaron la bomba", dijo Alexéyeva a la agencia rusa Interfax.