CASO sea que la tengan, o la sientan. En referencia al lamentable estado actual del Parque Cultural Viera y Clavijo, debo comentar el brillante, a la vez que deprimente, reportaje ofrecido por ustedes a la opinión pública con las fotografías del Pérez Minik que acompañan. Falta la de la cabeza cortada en la estatua del insigne canario D. José Viera y Clavijo como denigrante símbolo de la indecencia que se enseñorea de nuestras instituciones a la hora de preservar, custodiar y proteger nuestro patrimonio histórico y cultural.

La profanación de todo el parque cultural se enmarca en un escenario desolador, convertido en un vertedero, cual es la desvencijada placita de Los Cipreses, en el que otrora fuera señero Colegio de La Asunción, donde también ha desaparecido el valioso enlosado de baldosas chasneras (¿dónde estarán ahora?). El recién pintado muro que circunda el espacio cultural y la retirada de nueve toneladas de basura del Parque Viera y Clavijo son apenas la cara medio lavada de un cuerpo enfermo y maltratado no solo por el abandono institucional de cinco años y por el simple efecto de la intemperie, sino por el destrozo interior, que es tan degradante que evidencia intencionalidad dolosa.

No es un único recinto puntual el afectado por la presunta acción demoledora, sino que todo el edificio principal, además del esplendoroso teatro Pérez Minik, la capilla neogótica, esculturas como la "Femme bouteille", de Joan Miró, la desaparecida "El devorador de pájaros" y todo un patrimonio declarado Bien de Interés Cultural se halla en un estado deplorable, rodeado de grotescos grafitis, arrasado por el abandono, la ignorancia y la ineptitud de los responsables municipales. Apesta como la escombrera en la que han convertido este centro urbano BIC. ¿Cómo pudo construirse un hotel escuela en zona verde, espacio protegido, dentro del territorio del parque? ¿Y cómo se expropió terreno del colegio para construir esa vía infrautilizada en el barranco de Santos? Mucha pestilencia y demasiadas sospechas.

Frustrante es también la actitud defensiva de eludir responsabilidades por parte de las autoridades implicadas en tanto despropósito. Entre organismos, concejalías, instituciones, consejerías y gestoras, cada uno, desde su poltrona, le lanza la papa caliente al otro para que este, a su vez, también aluda al "no, es que esto es responsabilidad de ese otro". Ausencia absoluta de voluntad política, incapacidad manifiesta para resolver un grave problema y rechazo a la colaboración ciudadana en la aportación de ideas y soluciones al agravio que afecta al pueblo, único depositario de un patrimonio cuya titularidad es indiscutible, pero una gestión asignada a unas muy malas manos.

"No, es que todo es culpa del Gobierno por incumplimiento del convenio de cesión que el Ayuntamiento le hizo en 2007". Argumento esgrimido por las autoridades municipales y lavado de manos para intentar esconder responsabilidades. Ante este planteamiento, cualquier ciudadano de bien replicará que si el Gobierno de Canarias incurrió en un presunto delito por atentar contra tan valioso patrimonio urbano el Ejecutivo debe responder ante los ciudadanos y ante la Justicia por los daños y perjuicios inferidos al municipio y, sobre todo, debe recabársele la indemnización proporcional al destrozo causado. Así, el "es que no hay dinero" dejaría de tener significado y resolvería de un plumazo una gran parte del problema de la rehabilitación del espacio cultural y del parque. En tal sentido se acordó por unanimidad, en el Pleno municipal de 27 de enero pasado, que si en el plazo de tres meses el Gobierno autonómico no aportaba soluciones se acudiría a la vía jurídica.

Por la gravedad de los hechos, por las maniobras de distracción -¿qué significa eso de la convocatoria de un concurso de ideas? Por favor...-, y por las excusas acumuladas de las Concejalías afectas al desafuero, así como de la propia consejería de Cultura, se requiere la urgencia de una acción inmediata, sin más dilación, para impedir el progreso imparable del deterioro aparentemente intencionado, y que los responsables puedan esconderse tras la espesura de la burocracia.

Si las máximas autoridades municipales -quienes pretenden habilitar la capilla neogótica como recinto para eventos y exposiciones de pájaros y jaulas, en lugar de rescatarla para el culto- no son capaces de resolver el grave problema que tienen planteado, por el más elemental sentido ético, deben dimitir para dejar sitio a quienes realmente estén capacitados para adoptar las soluciones pertinentes en beneficio de la cultura, de la defensa del patrimonio y en favor de los intereses de los ciudadanos, cuya disposición a cooperar se está viendo actualmente menospreciada y rechazada.

por la Rehabilitación del Parque Cultural Viera y Clavijo