1.- ¿Hago caso a mi dilecto amigo ArturoMaccanti, que se emociona cuando escribo prosa poética, o a los lectores más prosaicos que piden guerra? Joder, vaya dilema. El caso es que la guerra me aburre, debe de ser por la cercanía del final. Y me motiva mucho más una crónica redonda como las que le gustan a mi amigo Arturo. Se puede hacer prosa poética, o eso, para tomarle el pelo a la banca, como Umbral: "Los contables, los oficinistas, los oficiales, los auxiliares, los apoderados eran hombres de corbata ex dominical y trabajo escaso... de vez en cuando uno caía en cama con la tisis o se moría directamente". Estoy leyendo la obra poética de Umbral (1981-2001, Seix Barral), que por algún motivo del que no me acuerdo, quizá por una mudanza, había dejado a la mitad. Qué maravilla: "Bandera del verano, perro inmenso/mordisco rojo en la belleza azul,/ velamen de la barca de los muertos/en el pantano de la luz de junio". Me reconozco fan de este hombre, al que conocí en la agencia Colpisa cuando él y yo escribíamos para ella. Era huidizo y solitario. He leído todo lo suyo, o al menos eso creo.

2.- Un día en Madrid me ha dado tiempo de acercarme a la Casa del Libro, a ver qué había de viejo, porque a mí lo nuevo me gusta cuando es viejo. Encontré algunas cosas interesantes, ya les contaré, porque tengo que digerirlas. Madrid bajo la lluvia, caminando despacito por las aceras, como me gusta hacer, viendo tiendas de lápices y las librerías de antiguo, en las que casi nunca encuentro nada, pero esta vez sí. Una vez conseguí el libro que sobre su viaje a Canarias escribieron las hermanas DuCane. En inglés. Otra vez cosas de LeoncioRodríguez, en la feria de Recoletos; y de MaríaRosaAlonso; y los cuentos de PepeMonagas, de PanchoGuerra, un escritor genial.

3.- A Madrid siempre lo relaciono con libros. Y luego se los regalo a mi pueblo. Dice Umbral que "el presente no es tiempo; es lo que pasa". Yo sólo tengo presente, por eso el futuro no me preocupa. Dice Umbral: "Ya no hay más que presente, yo no tengo otra patria". O sea, casi lo mismo que he dicho yo. En Madrid gasto mi presente despacito, poco a poco, mirando libros viejos y lápices de colores, que siempre me han llamado mucho la atención. Yo creo que la afición me vino de los mapas coloreados que un gran profesor y amigo, CelestinoPadrónMolina, paz descanse, nos hacía dibujar y estudiar en el colegio de los agustinos, de tan gratísimo recuerdo para mí. El pasado, por lo que se ve, también existe. Bueno, pues felizmente he resuelto mi dilema. Ganó Arturo.

achaves@radioranilla.com