Q UEDÁBAMOS la semana pasada en que la plantación de un viñedo requiere una técnica especial, ya que la vid no se siembra dejando una semilla en el surco abierto.

Este sistema está reservado a los hibridadores que investigan en crear nuevas variedades. Para la viña, la plantación se realiza cortando un sarmiento de la planta madre, que originará una planta hija con sus mismos caracteres. Por esta razón, podemos afirmar que la viña no se siembra, sino que se planta. Los trozos de sarmientos cortados se denominan estaquillas o estacas, según su tamaño, éstos son introducidos en la tierra para que arraiguen y produzcan una nueva planta, logrando de esta forma, evitar desviaciones en la naturaleza de la variedad. Esta práctica tuvo que ser modificada tras la aparición de la filoxera, recurriendo en este caso, al injerto de la variedad deseada sobre un sarmiento denominado pie americano, que enraizará sin temor a ser afectado por el insecto. Continuando con las decisiones relevantes en la plantación de un viñedo, debemos dar importancia del marco de plantación, es decir, a cuánta distancia deben plantarse las cepas unas de otras, formando hileras y calles bien alineadas para facilitar su crecimiento y cultivo. Esta decisión se toma en función de diversos factores que condicionan los métodos de viticultura: clima, vigor de la cepa, fertilidad del suelo, sistema de poda, etc.

Por ejemplo, un suelo pobre, deberá tener un marco de plantación amplio para que la planta disponga de mayor superficie para alimentarse. En cambio, sobre los suelos que tienen una humedad casi constante, la tendencia es a aumentar la densidad de plantación o lo que es lo mismo, plantar las cepas más juntas para lograr contrarrestar la humedad del suelo y obtener una uva más pequeña, con menor cantidad de pulpa, de piel más gruesa y con una mayor proporción de pigmentos colorantes, obteniendo de esta manera vinos de mayor longevidad, cuerpo y estructura.

Durante los tres o cuatro primeros años de vida, la vid se encuentra en pleno período de crecimiento. Su principal preocupación radica en crear un buen sistema radicular que le asegure una buena alimentación, así como constituir un tallo leñoso y robusto que le garantice cierta estabilidad. ¡Salud!