Vive con la sensación de que es un superviviente de la escena, pero no un mito. Nunca hice nada para creerme una leyenda. Yo solo hago la música que me gusta", argumenta el experto Jimmy Burns, quien esta noche, a partir de las 21:00 horas, actúa en la Sala de Cámara del Auditorio de Tenerife. Junto a él van a estar Quique Gómez y Luca Giordano Band: David Salvador (bajo), Coke Santos (batería) son los otros dos músicos del grupo.

"El blues es algo que vive dentro de mí y que saco fuera como mejor sé", puntualiza un artista que tenía dieciséis años cuando se unió al grupo Medallionaires. "No hay que nacer en el Delta (Misisipi) para tocar blues; todo está dentro de cada individuo", reitera un creador que ha armado toda su carrera en torno al blues, el soul y el R&B. Burns, que admite sin reparos el poder que ejercieron figuras como Muddy Waters o Lightning Hopkins, tocó varios años junto con John Lee Hooker.

Las influencias artísticas de su hermano mayor (Eddie) marcaron de alguna manera el futuro de un músico que reconoce que "la primera vez que escuché un tema de Whiskey Headed y Miss Annie él estaba conmigo. Eddie fue el que me enseñó a conocer a artistas de la talla de Tommy Mclennan. Ese tipo se acabó convirtiendo en una de mis grandes influencias... Aunque yo no lo toque, me encanta el blues acústico", revela Burns.

Referente mundial del blues en los años setenta, las obligaciones familiares de Jimmy condicionaron la trayectoria de un artista que parece haber vivido permanentemente en una montaña rusa. Tan pronto estás arriba, tan pronto te encuentras cerca del suelo: "Esas dudas llegaron en varias fases de mi carrera y tuve que tomar decisiones que no fueron fáciles para mí. "Lo primero que pensé siempre fue en alimentar a mi familia y hubo días en los que la música fue algo secundario", desvela.

"Hay trabajos que te ayudan a tener una casa y un coche, pero la música en cambio no siempre te permite tener esas cosas", admitió Burns. El "bluesman" nacido en una región del Mississippi insiste en la idea de que "ser músico no es algo fácil porque implica que tienes que renunciar a estar con la familia y debes asumir algunos sacrificios".

Jimmy Burns, que en su última propuesta discográfica versiona a John Hiatt, a los Beatles y a Stealers Whell... defiende que una de las principales cualidades del blues está concentrada en la variedad de sonido que hay en él y lo atractivo que resulta acercarse a él.

"No me imagino mi vida sin el blues porque no sé vivir sin él y alejado de la música", dijo antes de declarar que "ese tipo de reflexiones son muy profundas y no se pueden argumentar sin pensarlas. Lo que yo hago es interpretar lo que otros tocaron antes", matizó.

Sobre la ausencia de un mayor protagonismo comercial del blues, Burns lo tiene claro: "El blues no ha sido creado para ser escuchado por muchos. Nunca fue un género, al igual que ocurre con el folk, de masas. El blues es la música de la gente de color, pero todo el mundo puede llegar hasta él y llevarse lo que más le gusta al pop o el rock", justificó un norteamericano al que la vida le ha devuelto algunas oportunidades perdidas cuando menos se lo esperaba.

En uno de esos impulsos, el que coincidió con su estancia artística en el SmokeDaddy (Chicago), el empresario Bob Coaster, director de la discográfica Delmark, le dio la oportunidad de grabar "Leaving here walking" (1996), un disco con el que el guitarrista ganó premios de la Asociación de Música Independiente de su país. Ese mismo proyecto tuvo una gran acogida en Europa, especialmente, en Francia, donde fue galardonado con el Big Bill Broonzy que otorga cada año la Academia Francesa de Jazz. Ese "reenganche" le permitió aumentar su discografía en solitario.

Jimmy Burns desvela sin complejos que la mayoría de sus canciones son el reflejo de su vida. "Experiencias que he vivido yo y cosas que he aprendido dentro de este mundo", precisó el autor de otros álbumes como "Night time again" (1999), "Back to the Delta" (2003) o "Live at B.L.U.E.S.", en el año 2007. "Siempre tuve un gran respeto por los que vinieron antes que yo", subrayó un autor que en su puesta en escena no alardea de grandes despliegues técnicos. Y es que cada vez que Jimmy Burns se deja ver sobre una tarima surge la duda. ¿Cómo es posible que suene tan bien algo que no parece excesivamente grande? Una voz, una guitarra, la siempre imprescindible armónica y una batería al servicio del blues más tradicional.

el dato

Auditorio de Tenerife

Hoy, 21:00h