La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) ha valorado que la fusión entre Caixabank y Banca Cívica, el grupo al que pertenece Caja de Canarias, no suponga ayudas públicas, tal como informa hoy la prensa económica, y ve positivo que la unión se produzca en el nuevo marco creado para hacer frente al saneamiento del sector financiero.

El director de Estudios Financieros de Funcas, Santiago Carbó, ha dicho, tras la presentación de la nueva publicación en inglés de la fundación "Spanish economic and financial outlook", que son decisiones "estrictamente empresariales", pero que existe un elemento positivo al no tener que recurrir al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

Caixabank y Banca Cívica han convocado para esta tarde a sus respectivos consejos de administración para aprobar formalmente el proceso de fusión, según los términos que han estado negociando durante el fin de semana.

Caixabank se convertirá al absorber a Banca Cívica en el primer grupo bancario en España por volumen de activos, con más de 340.000 millones de euros, por delante del BBVA tras la reciente compra de la catalana Unnim.

Banca Cívica esta formada por la unión de la Caja de Navarra, Cajasol, Caja Canarias y Caja de Burgos, marcas que Caixabank podría mantener en la red de sucursales.

Carbó se ha referido a las diferentes reformas del sector bancario y de las cajas de ahorro acometidas en España desde 2008, "el ejercicio más intenso nunca hecho hasta ahora", y ha recordado cómo el anterior gobierno socialista y el nuevo del PP han tenido que ir "ampliando la hoja de ruta" marcada respecto al sector para generar confianza.

"El mercado financiero y las dificultades con las crisis de deuda soberana han ido exigiendo más", ha dicho, tras indicar que en la nueva revista que hoy publica Funcas se publicará próximamente un análisis competitivo sobre el futuro del sector financiero con las nuevas fusiones.

Sobre si España podría o no acudir en un futuro al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera para sanear la banca, Carbó ha dicho que la probabilidad es "casi cero", siempre que "se hagan los deberes" y la zona euro sea capaz de poner suficientes garantías.

Ha indicado que para acudir al Fondo de Estabilidad el escenario tendría que ser "extremo" y la magnitud del problema más grande, tal como ha ocurrido en Grecia o en Irlanda.