El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, defendió hoy la política de la institución durante la crisis de la deuda en la eurozona y envió un mensaje optimista al asegurar que lo peor de la misma se ha superado.

Asímismo, en un discurso pronunciado ante la Asociación Federal de Banco Alemanes en Berlín, Draghi invitó a los gobiernos a aprovechar el momento para emprender reformas estructurales que, según su opinión que fundamentó citando el caso alemán, pueden dar frutos en el corto plazo.

Draghi empezó su intervención recordando la situación dramática que se vivía en la eurozona en noviembre de 2011 "con el mercado interbancario prácticamente cerrado, salvo para las instituciones más fuertes en los países más seguros".

Los bancos, además, redujeron sus créditos a mediano plazo a las empresas de la economía real. Las nuevas exigencias de capital agravaron además la situación de crédito para las empresas medianas y pequeñas.

"No había duda de que la eurozona estaba al borde de un gran colapso del crédito con consecuencias negativas para la economía y el empleo", dijo Draghi.

Simultaneamente, agregó, muchos observadores desconfiaban de que la eurozona tuviera capacidad de superar la difícil situación por la que atravesaba.

Cuatro meses después la situación ha cambiado y, según Draghi, hay "señales de estabilización tanto en los mercados financieros como en la economía real".

Los motivos de la que la situación haya cambiado en un lapso de cuatro meses tienen que ver, en primer lugar, con que las predicciones apocalípticas de algunos, según Draghi, eran claramente exageradas y, por otra parte, con que las autoridades de la eurozona tomaron las medidas adecuadas para recuperar la estabilidad y la confianza.

Draghi se refirió en primer lugar a las inyecciones de liquidez del BCE que, subrayó, no estuvieron destinadas a proteger los beneficios de los bancos sino a evitar un colapso del crédito.

El dinero que recibieron algunos bancos, según Draghi, está ahora "más cerca de las empresas medianas y pequeñas" de las que depende una cuarta parte del empleo en la eurozona.

Draghi dijo además, saliendo al paso a los críticos que ven las inyecciones de liquidez como un factor inflacionario, que el BCE tuvo muy en cuanta los riesgos antes de tomar decisiones en ese sentido.

"Los indicadores del mercado no mostraban signos de inflación", dijo Draghi.

Ademas, se contaba con el que el sistema de la eurozona tiene herramientas suficientes para absorber excesos de liquidez.

Al papel de la acción del BCE se ha sumado el de las otras autoridades europeas y de los gobiernos nacionales de la eurozona. responsables de la política fiscal y monetaria.

En eso último, según Draghi, se han dado en los últimos meses pasos importantes "para fortalecer la credibilidad y eso ha sido reconocido por los mercados financieros".

Draghi elogió también el resultado de la última cumbre europea en la que, dijo, se creo "una primera línea de defensa contra desequilibrios fiscales" a la que se ha sumado la acción de algunos gobiernos como los de Italia y España

"Los nuevos gobiernos de España e Italia han mostrado determinación para superar sus desequilibrios fiscales y económicos", Draghi.

También las últimas misiones en Irlanda y Portugal, según Draghi, muestran que esos países están cumpliendo con sus compromisos.