José María Rico veía en el triunfo "más que tres puntos, un premio al esfuerzo y al trabajo" que ha hecho su equipo, a pesar de haber llegado al último puesto de la tabla clasificatoria. "Echábamos en falta un refuerzo positivo. El equipo estaba unido y se mantenía firme en la fe, sus posibilidades y sus capacidades, pero nunca nos daba un premio", celebró al final del partido. Lo que más parecía satisfacerle es que su plantel le había demostrado "en cada balón" que disputaron que "querían salir" del bache. "Estamos pasando un mal momento y no merecíamos pasar lo que estamos pasando", agregó.

La coyuntura le permitió además afirmar, rotundamente, que consideraba "una falta de respeto" que se dijera que les ha faltado actitud. "La ansiedad se transformaba en agarrotamiento", apuntilló. Y encontró los argumentos para reforzar su planteamiento en el partido. "Nos hemos enfrentado a un rival con necesidad y hemos solventado la situación", recalcó.

La lectura que José María Rico hacía del partido no difería de la de Tébar. "Cada partido es distinto, cada toro tiene su lidia y un gol te hace cambiar. La intención del Tenerife era marcar primero y teníamos que evitar eso. Se le ha dado la vuelta a la tortilla y a la tercera o la cuarta marcó Tonino", resaltó. Esa fue la clave. El entrenador del Leganés vio a un Tenerife "que vive un estado de ansiedad" similar al del suyo, aunque en "situaciones distintas". "Por historia y presupuesto tienes que estar entre los 4 primeros. Y eso lo hemos manejado", reveló. Él sabía que el blanquiazul es un grupo de "grandes individualidades" que con la llegada de Tébar "ha mejorado defensivamente. Y les hemos superado porque salimos muy enchufados", concluyó.