La sequía ha hecho estragos en los cultivos de secano del Archipiélago, que registrarán pérdidas globales de unos 16 millones de euros, según un informe de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga) al que ha tenido acceso EL DÍA y que estima que solo los productores de papas perderán por la ausencia de lluvias en torno a 12 millones.

La patronal recuerda en ese documento que el 40% de la superficie dedicada a la papa en las Islas se cultiva como secano. Ello supone unas 1.600 hectáreas en las que se ha perdido el 90% de la producción, lo que impedirá que muchos agricultores recolecten.

A ello se suma el daño que están sufriendo las variedades de papas antiguas de Canarias. Muchas zonas, según el informe de Asaga, corren el riesgo de perder esas semillas y, por tanto, variedades genéticas que solo se cultivan en el Archipiélago. La asociación agrícola recuerda, en el documento que ha remitido a la Mesa de la Sequía, que la ausencia de precipitaciones se remonta a noviembre y es la más grave en décadas. La citada mesa, que agrupa al Ministerio de Agricultura y las principales asociaciones agrícolas y ganaderas, volverá a reunirse mañana en Madrid, según indicó Asaga a este periódico.

Los cereales y cultivos forrajeros son los otros grandes afectados. Cuentan con 6.500 hectáreas en las Islas, el 90% de secano. Dentro de este capítulo, las pérdidas afectan al 80% del forraje y el grano. Y, como en el caso de la papa, existe el riesgo de que se malogre mucha semilla autóctona de trigo, cebada y centeno, apunta Asaga.

Además, la sequía puede penalizar la próxima vendimia, dado que es en invierno cuando la viña recibe las reservas necesarias para sus siguientes etapas fisiológicas. Podría perderse el 30% de la cosecha de secano, que supone casi 7.000 hectáreas en las Islas.

Falta forraje

Asimismo, en la platanera, pese a contar con sistemas de riego localizado, se espera perder el 15% de la cosecha, igual que en el tomate. El cultivo de flores y plantas tiene ahora mismo una afectación del 10%, pero si no empieza a llover puede alcanzar el 80%.

Del resto de productos hortícolas (pepino, pimiento, cebolla, lechugas, calabacín, zanahorias, etcétera), el informe de la patronal agraria indica que el impacto de la falta de lluvias es indirecto, pues favorece el aumento de plagas, encarece los costes por gastar más agua y puede traer consigo una pérdida de calidad. Las pérdidas se sitúan ya en el 20% del cultivo.

Sumadas a las de los cereales, el plátano, el tomate, la producción ornamental y lo que se prevé en el viñedo, las consecuencias económicas se traducirían en la pérdida de cuatro millones de euros.

Asaga añade que, de continuar la sequía, faltará forraje para alimentar al ganado. En primavera y verano, el ganadero tendrá "serios problemas de aprovisionamiento", lo que disparará más los gastos.