Hace ya más de una década que el Ayuntamiento de Tazacorte se hizo con una concesión administrativa del Consejo Insular de Aguas que, en su momento, se consideró la joya de la corona, en cuanto a la posibilidad de aportar recursos económicos a esta Administración Pública y, por extensión, a los habitantes de esta localidad. Se trataba de un permiso para explotar un negocio de áridos inagotable en la desembocadura del barranco de Las Angustias.

Aquella cantera natural nunca se abrió oficialmente, o por lo menos eso decían los escasos papeles que hablaban de ella en las tres administraciones que debían velar por su puesta en marcha (ayuntamiento, Cabildo y Consejería de Industria). Sin embargo, todos los vecinos de Tazacorte veían cómo, cada día, salían decenas de camiones privados cargados de materiales de aquel barranco, sin que en estas administraciones constase tal actividad ni el cobro de compensaciones económicas por la gestión privada de un bien público.

Es más, los expedientes administrativos no reflejan oficialmente la existencia de extracciones de materiales, pero la realidad física del barranco decía todo lo contrario. La cantera existió hasta hace apenas unos meses, justo hasta el cambio del gobierno local en Tazacorte, y así quedó reflejado en diversas denuncias presentadas por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona). Pero nunca se ha explicado quién se beneficiaba irregularmente de esos áridos y en qué condiciones económicas los aprovechaba.

Tras años de denuncias ante el pleno municipal, preguntas sin respuestas convincentes, solicitud de documentos, enfrentamientos políticos, expedientes perdidos y causas judiciales archivadas por falta de pruebas, el Gobierno de Canarias intentó aclarar hace casi un año la realidad administrativa de esta confusa y oscura actividad, pero dijo desconocer el destino de los miles, quizás millones, de metros cúbicos de áridos sacados del cauce del barranco durante años, ni si se vendían o se regalaban.

El resultado de aquella respuesta institucional no trascendió públicamente. La documentación fue entregada por el Gobierno canario justo antes de las pasadas elecciones de mayo de 2011 al Partido Socialista tras años de insistencia ante la Dirección General de Industria (Servicio de Minas), pero se quedó en un cajón y no fue expuesta públicamente, porque entendían que seguía sin dar una respuesta a la incógnita. ¿Qué decía esa documentación?

La concesión.- Según consta en esos papeles, el Ayuntamiento de Tazacorte pidió en abril de 2001 una concesión administrativa para extraer áridos del cauce del barranco de Las Angustias, enviando un proyecto para un volumen anual de 30.000 metros cúbicos. La petición de aprovechamiento del dominio público hidráulico se aprobó en Junta de Gobierno del Consejo Insular de Aguas de febrero de 2002 para una superficie total de 61.780 metros cuadrados. El plazo de concesión se fijó inicialmente por 10 años.

En aquella concesión se explicaba que las extracciones autorizadas serían revisadas "exhaustivamente" por el Consejo (la primera al año, luego a los cuatro, a los seis y a los diez), en cuanto a situación de los trabajos, cumplimiento de condiciones y buen uso.

El Consejo fijaría volúmenes anuales autorizados en función de los arrastres depositados en el cauce y no se podían excavar más de tres metros de profundidad.

Teniendo en cuenta que los materiales se destinarían, en su mayor parte, a la venta, se obligaba a presentar un estudio de tarifas ante el Consejo Insular de Aguas para su aprobación. Por lo tanto, la empresa privada que explotase la cantera debía abonar un canon por uso de dominio público.

Según las fuentes municipales consultadas el valor previsto para esos áridos rondaba los 6 euros el metro cúbico (más 3 euros por transporte). Además, se cobrarían 60 céntimos de euro por metro extraído como tasa de actividad. Esas cantidades nunca se llegaron a aprobar de forma definitiva.

La supuesta venta.- Hace años, el PSC pidió a la Consejería de Industria información sobre la "venta a terceros de material extraído en el barranco de Las Angustias". Se contestó con un informe técnico que recuerda que para obtener el derecho de aprovechamiento de este recurso mineral, como bien público, es necesario contar con autorización de Minas previa al inicio de los trabajos en la cantera.

En el caso de los barrancos canarios, la autorización corresponde a los consejos insulares de aguas. Pero con posterioridad a esa primera autorización debe pedirse el aprovechamiento a Minas. En cualquier caso, si se autorizase por Aguas la retirada de material geológico de un barranco por urgencia o emergencia natural, no se puede aprovechar económicamente para venta, sin la preceptiva autorización de Industria.

La negación.- Por otra parte, la oposición de Tazacorte (hasta la pasada legislatura) pidió información al anterior grupo de gobierno (UB-CC) en febrero de 2011 sobre las actividades diarias de extracción de áridos en el cauce del barranco. El exalcalde Ángel Pablo Rodríguez Martín respondió el 3 de marzo de 2011: "Ignoro a qué expediente relativo a extracción de áridos del barranco de Las Angustias se refiere" y "por este ayuntamiento no se ha realizado ninguna adjudicación de extracción de áridos en los tres últimos años". Al respecto, aclaró: "La competencia en esta materia es del Consejo Insular de Aguas, por lo que el solicitando debía dirigirse a dicho organismo".

Sin embargo, en las actas de los plenos (acta del pleno de 29 de abril de 2004) el exalcalde reconocía que se habían realizado actividades de extracción de áridos por parte de varias empresas a cambio de compensaciones económicas o a través del autoconsumo para obras municipales. Entre esas empresas se mencionaba a ACS y Rotulaciones Acosta, por la extracción de 44.000 metros cúbicos de áridos.

El exalcalde decretó después de aquel pleno una suspensión cautelar de las extracciones, aunque continuaron en el tiempo. En tal sentido, en el Ayuntamiento de Tazacorte nunca ha constado ingreso alguno por esta actividad de extracción de áridos, ni tampoco en el Consejo Insular de Aguas.

Incluso, el PSC denunció estos hechos en abril de 2007, pero la denuncia se archivó por falta de pruebas. En aquella denuncia se hablaba de posibles delitos penales de malversación de fondos públicos, prevaricación y cohecho. Por entonces ya se contabilizaba más de una década de extracciones irregulares sin contabilidad municipal ni permisos de Industria.

La evidencia.- Años después, pese a los documentos que obran en Industria, en el Consejo Insular de Aguas y en el propio ayuntamiento sobre la explotación de áridos del barranco de las Angustias, la constante extracción de materiales sigue sin ser reconocida pese a las pruebas palpables de su existencia durante muchos años.

Cada año, desde la desembocadura del barranco partían cientos de camiones cargados, sin compensación alguna para las arcas públicas de Tazacorte, por lo menos que así conste en los papeles. Eso pese a tratarse de un bien público que, de haber sido explotado en su momento, coincidiendo con el buen momento que hasta 2007 vivía el sector de la construcción, hubiese convertido a la Administración bagañeta en una de las corporaciones locales con mejores posibilidades económicas de La Palma.

En este nebuloso caso, los papeles decían una cosa y la realidad otra. Así era hasta mediados de 2011. Tras iniciarse la nueva legislatura, PSC y PP ordenaron la paralización de la actividad de los camiones y las palas que día a día sacaban materiales del barranco.

Todavía hoy, incluso sin extracciones en activo, puede verse aún la huella de aquella explotación de la que Tazacorte no se benefició, por lo menos oficialmente.