"Debido a las dificultades de tipo económico y de tipo ambiental que atravesamos actualmente, la sociedad está demandando otra manera de desarrollar la agricultura, otra manera de consumir los alimentos. Es la agricultura ecológica", asevera María Jaizme-Vega, directora del Departamento de Protección Vegetal del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), en una conversación con EL DÍA.

Esta bióloga perteneciente a este organismo autónomo adscrito a la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación del Gobierno de Canarias defiende que la gente está tomando conciencia de la importancia de la agricultura ecológica. Reconoce que "después de estar predicando en el desierto, en los primeros años de la puesta en marcha del ICIA -a mediados de la década de los 90-, cuando éramos un poco radicales, marginales, con el paso de los años se han logrado avances importantes en la concienciación y culturización de la agricultura ecológica y la sociedad ahora mismo es la que nos está reclamando. Hemos pasado de estar rogando a no dar abasto".

Como investigadora del ICIA identificada con la problemática de los suelos, Jaizme-Vega trabaja "en relación a los microorganismos benéficos en toda la parte positiva que tiene el suelo y cómo preservarla y cómo utilizarla frente a lo que nos viene encima. El suelo es nuestro objetivo".

Sobre la idoneidad del territorio canario para desarrollar la agricultura ecológica, la también secretaria de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE) no duda de ella. "En Canarias -apunta María Jaizme-Vega- estamos lejos de todo, con falta de suelo y falta de agua. Canarias produce solo el 12 por ciento de lo que consume. El 88 por ciento restante viene de fuera. Si existe un lugar donde la agricultura ecológica está justificada ese es Canarias".

Así, explica la investigadora del ICIA, se trata de pequeñas parcelas, pequeños productores, cada uno con su microclima. "La agricultura ecológica -añade- conlleva un manejo particularizado. El agricultor canario conoce muy bien su suelo, su tierra y su cielo. Canarias es un lugar ideal para la agricultura ecológica, porque se trata de una producción específica, de detalle. Ir a lo ecológico significa volver a lo natural, a lo instintivo. Solamente llevamos sesenta años de agricultura convencional. Anteriormente, la sociedad canaria desarrollaba una agricultura ecológica, la de toda la vida. Lo tenemos todo en nuestras manos".

María Jaizme-Vega afirma que "aunque parezca mentira, los agricultores es lo más fácil de conseguir. Sobre todo ahora con el desempleo, mucha gente está regresando al campo. Lo que hace falta es que los agricultores adquieran una formación adecuada y sobre todo es fundamental la comercialización de los productos".

En este sentido, la investigadora del ICIA subraya que "si tenemos que hablar de un cuello de botella en la agricultura ecológica, este no se encuentra en la producción, donde está todo dicho, escrito y comprobado. El problema estriba en comercializar los productos. Son más caros porque los insumos con más caros. Si hubiera una extensión de este tipo de agricultura sería todo más fácil. Cada vez hay más gente que va buscando para sus hijos comida ecológica. Poco a poco se va dando una actitud más concienciada. Los productores están ahí".

"Cuántos agricultores -resalta Jaizme-Vega- estarían dispuestos. Lo que la gente nos pregunta es cómo lo hacemos, qué hacemos, cómo empiezo. Hay que tener en cuenta que los suelos de los que esa gente va a partir son suelos que estaban dedicados hasta el otro día a la agricultura convencional. Se necesita pasar dos o tres años de lo que llamamos fase de conversión. Los productores, los agricultores están, pero va a hacer falta que políticamente las distintas administraciones se impliquen en el futuro de la agricultura ecológica".

¿Qué finalidad tiene el fondo de reserva de una comunidad?

El fondo de reserva tiene como finalidad que la comunidad disponga de recursos con los que poder atender las obras de conservación y reparación de la finca, tanto de naturaleza ordinaria como extraordinaria. Es el medio por el que se asegura que la comunidad podrá cumplir la obligación que le impone el artículo 10.1 de la Ley de Propiedad Horizontal, consistente en la realización de las obras necesarias para el adecuado sostenimiento y conservación del inmueble y de sus servicios, de modo que reúna las debidas condiciones estructurales, de estanqueidad, habitabilidad y seguridad.

Tu garantía y confianza es estar bien asesorado por un administrador de fincas colegiado en ejercicio