La huelga general, la octava de la democracia, ha discurrido en un tono general de normalidad, matizado por un centenar de heridos y 176 detenidos, y con las dos partes en sus posiciones de salida, ya que UGT y CCOO mantienen su rechazo a la reforma laboral y el Gobierno descarta cambios sustanciales.

La jornada de huelga, que ha tenido un seguimiento desigual -mayor en la industria y más limitado en el comercio, los servicios y, sobre todo, en el sector público-, se cierra a última hora de la tarde con manifestaciones en las principales ciudades españolas.

Los sindicatos sostienen que el apoyo de los trabajadores ha sido masivo, superior incluso al registrado en la que se convocó en 2010 contra la reforma de José Luis Rodríguez Zapatero, un análisis que rechaza el actual Ejecutivo.

UGT y CCOO sitúan la media en el 77 por ciento, aunque precisan que en algunos sectores, como la industria, la huelga ha tenido un seguimiento muy alto, cercano al cien por cien, y en otros el porcentaje ha sido bastante inferior, en especial en la Administración Pública.

Por comunidades, los sindicatos han logrado el mayor apoyo en el País Vasco, Galicia, Navarra y Asturias.

La directora general de Política Interior, Cristina Díaz, ha repetido que el impacto de la huelga ha sido "muy moderado", inferior al de otras convocatorias.

Según sus datos, el seguimiento ha sido del 16,71 % en la Administración General del Estado, del 19,42 % en las administraciones autonómicas y del 15,24 % en las entidades locales.

Díaz ha asegurado que los servicios mínimos se han cumplido con creces, en especial en Madrid y Barcelona, donde han alcanzado límites cercanos a los de un día laborable normal.

Gobierno y sindicatos han utilizado como argumento para defender sus puntos de vista la evolución de la demanda eléctrica, uno de los indicadores de la actividad económica.

A las 18 horas, el consumo de electricidad se situaba en 24.764 megavatios, un 15,9 por ciento por debajo de los 29.441 megavatios previstos por Red Eléctrica de España (REE).

En la hora del balance, los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, han subrayado que no cejarán en su empeño y han ofrecido al Gobierno iniciar un camino distinto para buscar un consenso que relance la actividad económica y reduzca el paro.

La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha dicho que los sindicatos son fundamentales y que el Ejecutivo cuenta con ellos para entablar un diálogo "abierto y permanente", pero ha dejado claro que las partes básicas de la reforma laboral no se van a modificar.

Bañez ha subrayado que la agenda de reformas del Gobierno es "imparable".

El presidente de la CEOE, Juan Rosell, no ha aportado cifras de seguimiento y se ha limitado a decir que la huelga general se ha caracterizado por su "normalidad y tranquilidad".

Aunque la normalidad y el respeto a los servicios mínimos han sido la tónica dominante, han proliferado los incidentes, que se han saldado con 176 detenidos y 104 heridos, 58 de ellos policías.

Uno de los más serios se ha producido en Torrelavega (Cantabria), donde una mujer integrante de un piquete ha sido acuchillada en una mano.

En Murcia, un coche patrulla de la policía ha recibido el impacto de un cóctel molotov, pero no se han registrado heridos. Varias oficinas de entidades bancarias han amanecido con daños en sus fachadas.

Barcelona ha vivido un día caldeado con cargas policiales y actos vandálicos de algunos huelguistas.

Los piquetes y la policía han protagonizado momentos de tensión en otros puntos, por ejemplo en mercados de abastos como Mercamadrid, Mercabarna o Mercazaragoza o en las puertas de las cocheras de los autobuses urbanos.

En el sector del transporte, los sindicatos cifran el seguimiento en el 95 por ciento, aunque las patronales hablan de normalidad.

Dentro de la industria, el sector más afectado ha sido el del automóvil, ya que la huelga ha paralizado las principales factorías.

En el comercio, los sindicatos sostienen que la huelga ha sido secundada por el 60 por ciento de los trabajadores, porcentaje que la patronal de las grandes superficies, Anged, baja hasta el 5 por ciento, y que la Confederación Española de Comercio, que representa a los pequeños y medianos establecimientos, sitúa en el 10 por ciento.

La huelga general ha dejado sin emisión a Telemadrid y ha alterado la programación de otras cadenas autonómicas como Canal Sur, Canal 9 y TV3.

A falta de estudios más detallado sobre el impacto de la huelga, Analistas Financieros Internacionales (AFI) calcula que el paro tendrá un coste de 0,5 puntos porcentuales del producto interior bruto (PIB), unos 5.300 millones de euros.