El Gobierno cifró ayer en 800.000 los asistentes a las manifestaciones contra la reforma laboral convocadas en toda España y con las que se puso el punto y final a la jornada de huelga general, según datos facilitados por fuentes del Ministerio del Interior.

Así, en la comunidad autónoma en la que se registró una mayor asistencia a las manifestaciones fue Galicia, donde 140.000 personas acudieron a las marchas que cerraron la jornada de huelga, según especificó el departamento que dirige Jorge Fernández Díaz.

La Comunidad de Madrid y el País Vasco, con 85.000 asistentes a las manifestaciones, seguidas de Andalucía, con 80.000; Castilla y León, con 76.800; Cataluña, con 68.000; y la Comunidad Valenciana, con 65.000, fueron otras de las regiones donde más afluencia se registró en las manifestaciones.

Por contra, Extremadura (12.000), La Rioja (12.850), Cantabria (15.000), Asturias (15.000), Castilla-La Mancha (19.500) y Asturias (28.000) fueron las regiones en las que menos personas acudieron a las manifestaciones. En la zona media de la tabla se situaron Murcia y Baleares, con 30.000 asistentes, Aragón, con 35.000, y Navarra, con 45.000.

Los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, destacaron tras la manifestación de Madrid en apoyo a la huelga general que el Gobierno "está perdiendo gran parte del crédito" que tenía en la sociedad.

Es lo que aseguró Toxo, mientras que Méndez afirmó que "se ha marchitado el crédito político" del Ejecutivo en una jornada primaveral.

Ambos criticaron duramente la reforma laboral aprobada por el Gobierno al término de la manifestación con la que los sindicatos pusieron fin a la jornada de huelga general celebrada ayer.

"Inevitable"

La protesta empezó en la Plaza de Neptuno y recorrió el Paseo del Prado y la calle de Alcalá hasta la Puerta del Sol, el trayecto que los sindicatos habían previsto inicialmente y que pudieron realizar tras obtener el respaldo de los tribunales, frente a la intención de la Delegación del Gobierno de que no concluyera en ese lugar.

En la marcha de Madrid participaron 900.000 personas, según las cifras facilitadas por los sindicatos.

"Más de 10.400.000 personas" secundaron ayer los paros, destacó el líder de CCOO, quien señaló que ha sido el Gobierno quien ha hecho "inevitable" la huelga general.

"No se pueden arruinar de un plumazo 30 años de dialogo social en España", afirmó con respecto a la política del Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Toxo no cree posible que el Gobierno lleve a cabo los recortes programados, una dinámica "suicida" de ajustes para el secretario general de CCOO, sin que quiebre la economía, el empleo y el modelo de Estado del bienestar.

Por su parte, Méndez aseguró que el Gobierno "no quiere reconocer la realidad ni de lo mal que lo hace ni de la huelga general".

Además, criticó la gestión "tecnocrática" del Ejecutivo, "que desprecia los intereses del pueblo", según el líder de UGT.

"Lo que está haciendo este Gobierno no tiene apoyo social", aseguró, al tiempo que dijo: "El Gobierno tiene dos opciones: o cambiar, o cambiar".

A la marcha de Madrid acudieron personalidades de la cultura como Almudena Grandes y políticos como el secretario de Organización del PSOE, Óscar López, quien exigió al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, "que reconsidere su actitud y que piense por qué está actuando a espaldas de la gente".

También estuvo presente el secretario general de Izquierda Unida, Cayo Lara, que aseguró que la reforma laboral es un "ataque brutal contra los derechos de los trabajadores".

Disturbios en Barcelona

En Barcelona, los disturbios y los enfrentamientos de grupos violentos con la Policía marcaron las horas posteriores a la gran manifestación pacífica que reunió ayer a miles de personas en el Paseo de Gracia.

Pasadas las 22:00 horas, continuaban algunos altercados en calles cercanas a la céntrica plaza de Cataluña, que vivió al final de la tarde de ayer una auténtica batalla campal entre jóvenes encapuchados y policías, en medio de contenedores quemados, cristales rotos y ciudadanos que trataban de regresar a sus casas tras participar en la marcha.

Los incidentes y los cordones policiales bloquearon a muchos de estos manifestantes que buscaban llegar hasta los accesos al metro y los trenes, cuya estación está en la plaza, para poder abandonar el centro de la ciudad utilizando los servicios mínimos previstos en las horas punta.

Un total de 44 personas resultaron heridas de carácter leve durante los incidentes, informó el Sistema de Emergencias Médicas (SEM), y la Policía procedió a la detención de una treintena de alborotadores.

El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, anunció anoche que el Ayuntamiento se personará como acusación particular contra las personas que fueron detenidas.

Los primeros problemas de la jornada se dieron en el marco de la manifestación alternativa de la CGT y CNT, durante la cual una decena de encapuchados quemaron contenedores y golpearon los cristales de entidades bancarias y de la sede de la fiscalía, en su camino hacia la zona baja del Eixample.

En céntricas calles como Balmes o Gran Vía, los alborotadores formaron barricadas, colocando contenedores tumbados, a los que prendieron fuego y destrozaron mobiliario urbano.

Con un incesante movimiento de sus furgones y el lanzamiento de bolas de goma, los Mossos d'' Esquadra dispersaron a la multitud en diferentes puntos del barrio del Eixample, una multitud entre la que se encontraban familias y personas de todas las edades, además de los alborotadores encapuchados.

"Hace años que no veía unos altercados tan intensos", aseguró el dueño de un bar de la zona, mientras ofrecía hielo a un niño que había sufrido en la pierna el impacto de una bola de goma.

El menor era uno de los muchos que habían buscado refugio en el local ante los lanzamientos de bolas de goma de los policías, que provocaban grandes estampidas de gente y una gran confusión en las calles cercanas a la plaza de Cataluña. Entre los diversos destrozos, algunos incontrolados rompieron y saquearon unos escaparates del edificio de El Corte Inglés.