Una proyecto de investigación internacional, bajo el nombre de Sloan Digital Sky Survey (SDSS-III), ha presentado este viernes seis artículos en los que se determinan las medidas más precisas que se han obtenido hasta el momento de las distancias entre unas 300.000 galaxias, llegando al Universo lejano.

Estos resultados, publicados en el repositorio digital arXiv y en los que participan varios investigadores españoles, ofrecen una mirada sin precedentes al momento en que la expansión del Universo empezó a acelerarse, hecho cuyo descubrimiento supuso el Nobel de Física el año pasado.

El Baryon Oscillation Spectroscopic Survey (BOSS) es uno de los proyectos de la colaboración SDSS-III, en el que participa un grupo español formado por los investigadores ICREA del Instituto de Ciencias del Cosmos de la UB Jordi Miralda-Escudé y Licia Verde; la investigadora del Instituto de Física Corpuscular (CSIC-UV) Olga Mena; y el investigador del Instituto de Física Teórica (UAM-CSIC) y del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC) Francisco Prada.

Según han explicado los responsables del proyecto, uno de los descubrimientos "más sorprendentes" de las últimas dos décadas en astronomía, reconocido con el Premio Nobel de Física de 2011, ha sido la constatación de que el Universo no solo se expande, sino que esa expansión se está acelerando, posiblemente como resultado de la acción de la llamada energía oscura, cuya naturaleza se desconoce.

El propósito del proyecto BOSS para tratar de dar respuesta a este problema ha sido realizar una gran cartografía del mayor número posible de galaxias con medidas precisas de sus distancias. A partir de estas medidas, los astrónomos pueden deducir la historia de la expansión del Universo y su ritmo de aceleración.

BOSS empezó a tomar datos a mediados de septiembre de 2009 y en tan solo dos años y medio han conseguido medir las posiciones exactas de más de 300.000 galaxias en todo el cielo, lo cual permite remontarnos hacia el pasado del Universo, a más de 6.000 millones de años. Así, seguirá recopilando datos hasta 2014, año en que se completará la cartografía final, que triplicará el tamaño de la que se ha analizado hasta ahora.

El rastreo del cielo que ha llevado a cabo este proyecto reproduce un mapa de galaxias y cúmulos de galaxias agrupadas en paredes y filamentos, con gigantescos vacíos que separan estas estructuras, surgidas a partir de pequeñas variaciones de densidad que se produjeron en los inicios del Universo y que llevaban el sello de las oscilaciones acústicas de bariones (BAO).

Se trata de unas ondas de sonido que se propagaban por el Universo temprano a través de la materia, que más tarde empezaría a colapsar para formar las galaxias. Miles de millones de años después la huella de las BAO todavía puede reconocerse en el Universo. "Este patrón puede interpretarse como una huella dactilar cósmica reflejada en la distribución de galaxias", tal y como se explica en estos estudios.

Con los datos tomados hasta la fecha, BOSS ha sido capaz de medir las BAO con un error del 2 por ciento, la medición más precisa de este dato que se ha obtenido hasta la fecha. De esta forma, el mapa producido permite ver el Universo cuando tenía la mitad de su edad actual y ver el momento en el que empieza a acelerarse su expansión.