Los sindicatos mayoritarios de los tripulantes de cabina (TCP) -CTA, SITCPLA, UGT y CCOO-, han criticado la convocatoria de 30 días de huelga, todos los lunes y viernes, anunciada por los pilotos (Sepla-Iberia) entre los días 9 de abril y 20 de julio.

Los representantes de los TCP anuncian que no están dispuestos a secundar los nuevos paros y señalan que "se acabó la neutralidad", porque es "hora de decir basta", y afirman que los tripulantes de cabina no tienen por qué pagar las consecuencias de la incapacidad o la falta de voluntad para llegar a un acuerdo.

En un comunicado, estos sindicatos recuerdan al Sepla-Iberia que en la actualidad los "pilotos ahora pilotan los aviones, pero no la Compañía.

Los TCP acusan a los pilotos de no tenerles respeto y acusan al Sepla de haber sido "incapaz" o de "no tener voluntad" de alcanzar acuerdos con la empresa análogos a los que han firmado los representantes de los TCP, en el proceso de externalización de Iberia Express.

Para estos trabajadores, la postura del Sepla pone en peligro la estabilidad de los puestos de trabajo de todos los empleados de la compañía, y consideran que están dando argumentos a la dirección para que imite a otra compañía aérea (Air Europa) y plante un Expediente de Regulación de Empleo.

Los TCP representados por estos sindicatos, otro es el Stavla que se ha sumado al Sepla en la convocatoria de huelgas pasadas, defienden que el Sepla ha alumbrado "una teoría de la conspiración", en la que implica el acuerdo de fusión llevado a cabo hace ahora poco más de un año con British Airways.

Los pilotos convocaron doce jornadas de huelga que se llevaron a cabo los meses de diciembre, enero y febrero, por la creación de la nueva compañía de bajo coste Iberia Express, destinada a la realización de trayectos de corto y medio radio, que comenzó a volar el pasado 25 de marzo.

A estas doce jornadas se ha sumado la actual de 30 paros que van a afectar al Puente de Mayo y a una parte de las vacaciones de verano, además de a varias fiestas locales, como puede ser la de San Isidro en Madrid.

Estos representantes de los TCP, consideran que las nuevas huelgas pueden suponer una pérdida de cerca de 90 millones de euros, dado que el cálculo que hizo la empresa de los anteriores paros apuntaba a una media aproximada de 3 millones de euros por día, es decir unos 36 millones.

Por ello, los TCP hacen un llamamiento a los pilotos para que se "restablezca la cordura" y el Sepla-Iberia asuma que debe afrontar la negociación de su convenio en el marco de una empresa privada.