Los sindicatos dicen que acudieron unos 6.000, desde la Delegación del Gobierno se asegura que fueron apenas medio millar... la jornada de huelga general en La Palma se desarrolló sin incidentes dignos de consideración, no cerraron los comercios, prácticamente el 90% estaban abiertos, y a la manifestación que recorrió las principales calles de la capital acudieron algo más de 2.000 personas, que corearon frases en contra de la reforma laboral y del Ejecutivo central.

Los sindicatos se concentraron en la plaza de la Alameda. La hora: las once de la mañana. Al principio había poca gente. Casi nadie. Minutos antes, uno de los representantes sindicales de "peso" en la Isla gritaba "¡Que viene Franco!, ¡que viene Franco!..." por la calle Pérez de Brito cuando iba en dirección al punto de partida. Los comercios estaban abiertos. Salvo alguna excepción, todos trabajaron con normalidad. Lo mismo ocurrió en Los Llanos de Aridane y prácticamente en el resto de la Isla. Representantes de UGT y CCOO, al contrario, cifraron en un 40% el paro en el comercio...

A las doce del mediodía, salió la manifestación. Había gente. 2.000 personas en una isla como La Palma son bastantes. La mayoría de empresarios optaron por cerrar las puertas cuando la protesta se acercaba a sus comercios, para abrir cuando la "marea" se alejaba. "Es mejor evitar discusiones o enfrentamientos", afirmaba uno de ellos. Se sucedían los mensajes de los manifestantes: "Esta democracia es una falacia"; "Es mentira, sí hay dinero, quién lo tiene, los banqueros"...". En la protesta destacaba la presencia de un gran número de políticos socialistas, también de Izquierda Unida. Los del PP no se unieron, pero tampoco evitaron a la masa. Juan José Cabrera e incluso Asier Antona, con su familia, se dejaron ver, no se escondieron, por las inmediaciones de la protesta.

La marcha, a la que se unió un gran número de estudiantes, acabó a las puertas de la Delegación del Gobierno, con lectura de un manifiesto. Luego, los representantes sindicales cifraron en un 60% el seguimiento que la huelga general, con porcentajes variables en los diferentes sectores económicos.