La organización de defensa de derechos humanos Amnistía Internacional (AI) denunció hoy la creciente represión que se está viviendo en Guinea Bissau tras el golpe de Estado perpetrado por militares el pasado día 12.

"Medidas cada vez más represivas están siendo utilizadas por los militares, que intentan sofocar las crecientes críticas que surgen tanto dentro del país como internacionalmente", afirma en un comunicado hecho público hoy la experta en Guinea Bissau de AI, Marisé Castro.

Según la organización, los militares han instalado varios puestos de control en las carreteras de la ciudad, especialmente en la que lleva hacia el aeropuerto, donde los vehículos están siendo registrados, mientras que manifestaciones pacíficas de mujeres y jóvenes han sido reprimidas de forma violenta.

Además, subraya AI, todas las radio privadas se vieron forzadas a detener sus emisiones inmediatamente después del golpe de Estado, y aquellas que después intentaron seguir con su programación fueron canceladas si criticaban a los militares.

"Amnistía Internacional pide a las autoridades militares a que respeten y protejan los derechos humanos, entre ellos el derecho a al libertad de movimiento, a las reuniones pacíficas y a la libertad expresión", afirma Castro en el comunicado.

AI también exige la liberación inmediata del primer ministro saliente, Carlos Gomez Junior, y del presidente interino, Raimundo Pereira, que permanecen bajo custodia de los militares desde el golpe de Estado.

Tanto Gomes como Pereira fueron trasladados el pasado sábado al cuartel de Mansoa, unos 60 kilómetros al norte de Bissau, donde permanecen incomunicados desde entonces, según informes de AI, en pequeñas celdas infestadas de mosquitos, sin agua ni instalaciones sanitarias.

Los militares además han denegado el acceso a los medicamentos que necesita Gomes, que sufre de diabetes, asegura la ONG.

AI afirma asimismo que ministros del Gobierno, defensores de derechos humanos y otros miembros de la sociedad civil decidieron esconderse para no ser arrestados por los militares, que posteriormente amenazaron y agredieron a sus familiares.

"No se sabe exactamente cuánta gente ha sido detenida. Las autoridades militares deben publicar información sobre el número de arrestos y sus nombres y paraderos", afirma Castro.

El golpe de Estado se produjo mientras el país -uno de los más pobres del mundo- se encuentra en pleno proceso electoral para celebrar la segunda ronda de sus comicios presidenciales el próximo 29 de abril.

Tras la asonada, la Junta Militar anunció el domingo la disolución de todas las instituciones del país y la creación de un Consejo Nacional de Transición cuyos mandato y composición se deben decidir en una reunión entre la junta y algunos partidos políticos.

Los militares aseguran que actúan contra un supuesto "acuerdo secreto" entre Guinea Bissau y Angola -que tiene desplegados unos 200 soldados destinados a ayudar en la reforma del Ejército guineano- que amenaza la soberanía nacional.

La Unión Africana (UA) ha suspendido a Guinea Bissau de sus actividades, mientras que el golpe de Estado ha sido condenado por la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO), Estados Unidos, Portugal y el Consejo de Seguridad de la ONU, entre otros.