El "ajuste" que el Ministerio de Educación aplicará en la educación pública ha suscitado una mayoritaria reacción de rechazo en los representantes del profesorado y de las familias, así como en buena parte de las organizaciones políticas, tanto en el conjunto de España como en el Archipiélago.

El sindicato docente ANPE ha señalado que esperaba "reformas, no recortes injustos", al tiempo que ha reclamado un "pacto de mínimos" que garantice la calidad educativa.

Por su parte, el STEC augura "un colapso sin precedentes" en el sistema educativo canario, pues las medidas anunciadas por el Ministerio constituyen "una contrarreforma educativa en toda regla que situaría al sistema actual en unas condiciones similares a las de la etapa franquista".

De "sorprendente e inaudito" ha calificado EA-Canarias el programa de recortes del Gobierno central. Esta organización lo enmarca en un intento de "satisfacer la voracidad de los mercados".

En el terreno político, la diputada de Nueva Canarias Carmen Rosa Hernández considera "un dislate" y "una barbaridad" la propuesta de aumentar el número de alumnos por clase y las horas lectivas de los docentes para ahorrar. La propuesta de Wert, unida al hecho de que el ministro sostenga que su aplicación no afectará a la calidad del servicio, lleva a este partido a preguntarse "en manos de quién está la educación española".

Ayer, en Madrid, los sindicatos de la enseñanza pública CCOO, STES y FETE-UGT, apoyados por la organización de padres de alumnos CEAPA y el Sindicato de Estudiantes, anunciaron una "primavera muy caliente" de movilización contra los recortes del Ministerio de Educación, sin excluir "un paro o día de lucha".

"Rectifica o sucumbe a la movilización social. ¡Que se lo piense!", advirtió el portavoz de la Plataforma Estatal por la Enseñanza Pública y de CEAPA, José Luis Pazos, en alusión al ministro José Ignacio Wert.