El cáncer de mama engloba en realidad diez subtipos de tumores diferentes entre sí, hallazgo que supone un gran avance para los tratamientos personalizados contra esta enfermedad, explicó hoy Carlos Caldas, quien encabeza el grupo de científicos que ha realizado el trabajo.

Una veintena de científicos de las Universidades de Cambridge (Reino Unido) y British Columbia (Canadá) lograron identificar diez subtipos de cáncer de mama, así como algunas de las diferencias genéticas y moleculares entre unos y otros.

El estudio, cuyas conclusiones publica hoy la revista científica británica "Nature", consistió en analizar el ADN de 2.000 tumores mediante la tecnología más moderna de rayos X, durante cinco años.

"El cáncer de mama no es sólo una enfermedad, sino diez enfermedades distintas, realmente diferentes entre sí desde un punto de vista clínico y biológico, ya que en ellas intervienen distintos genes. Esto supone una perspectiva completamente nueva de mirar al cáncer", explicó el investigador principal del estudio, el doctor portugués Carlos Caldas, de la Universidad de Cambridge.

Además, los investigadores hallaron varias docenas de genes involucrados en el cáncer de mama desconocidos hasta ahora, que podrían servir como diana para nuevas terapias en el futuro.

"Pudimos identificar genes que eran muy abundantes en un tipo de tumor, pero que estaban prácticamente ausentes en otros tipos", añadió Caldas.

En su opinión, el hallazgo sobre estos genes y de las clases de tumores en las que están involucrados servirá para elaborar tratamientos personalizados -consistentes en evaluar factores como la información genética, los antecedentes familiares y la historia clínica del paciente- para cada tipo de cáncer de mama.

Sólo en uno de los diez subtipos identificados, los científicos hallaron una presencia significativa de un gen hereditario, denominado BRIC1, que predispone al cáncer de mama.

Además, entre los diez subtipos descubiertos, uno desconocido hasta ahora llama la atención de los investigadores, ya que todos los indicios apuntan a que el sistema inmune es capaz de reconocer la presencia de la enfermedad y trata de combatirla.

"Sorprendentemente, en este caso observamos una actividad interesante de los linfocitos, lo que sugiere que el sistema inmune probablemente reconoce estos tumores y reacciona contra ellos", detalló el investigador.

"Si pudiéramos averiguar por qué en estos tumores el sistema inmune se activa, podríamos intentar hallar formas por las que estimular al sistema inmune para combatir otros tipos de cáncer de mama", afirmó Caldas.

Hasta ahora, las investigaciones del cáncer de mama y sus causas se encontraban en un estado muy inicial, ya que para que los resultados sean significativos es preciso utilizar una muestra de pacientes muy amplia.

Las conclusiones del estudio de Caldas equivalen a encontrar "un nuevo mapa contra el cáncer de mama, con el que navegar mejor, tanto en el ámbito clínico como en el laboratorio".

Así, los ensayos clínicos del futuro deberán tener en cuenta esta información y centrarse en cada uno de los tipos descubiertos.

A nivel biológico, las investigaciones serán mucho más precisas, porque resulta "imposible" para un solo equipo abarcar toda la tipología, opinó el doctor, cuyo laboratorio se va a centrar en una o dos clases de tumores.

Aunque no descarta que exista algún tipo adicional a los diez identificados, Caldas cree que estos son los principales y que, a partir de ahora, los investigadores encontrarán las ramificaciones de cada uno de ellos.

"Utilizando la analogía del mapa, hemos identificado los tipos principales, como si fueran los continentes, y en adelante es posible que encontremos países, ciudades y calles", añadió el doctor.