Juan Manuel Quintero no abandona su espíritu de persona bregadora, quizá rememorando aquellos tiempos cuando echaba mano al calzón y a la espalda.

Este bodeguero herreño descubre la pasión en esa mirada inquieta y en el brillo de unos ojos que no solo delatan lo delicioso que está el vino, sino el afán por experimentar, innovar y descubrir que se manifiesta en su perfil humano y profesional.

De ese contacto sincero y abierto con lo natural surge el compromiso hacia la tierra que representa Bodegas Quintero y sus tres marcas: Quintero, Simancas y Valle de Naos. Ahora bien, vaya por delante que esta explotación vitivinícola atesora una tradición que se entrelaza con la historia familiar y que se hace presente en las raíces de ese idílico lugar que es Sabinosa, la cuna del mítico vino de Vetas.

Pues desde ese punto de la Isla donde el paladar de lo dulce es solera y casi una devoción surgió la idea de implementar viñas en el municipio de Valverde, como subraya Juan Manuel Quintero, y, más concretamente, en la zona de Los Valles, unas tierras que producen excelentes vinos.

El resultado de esta aplicación se sintetiza en tres marcas de las que brotan dulces y tintos, los primeros con un aspecto limpio y sabor bien pulido que les transmite la uva verijadiego; los segundos, con la personalidad y el carácter de la listán prieto y las notas de un pase por roble americano.

Y todo, de la raíz de Sabinosa a los fértiles valles de Valverde.