La bolsa española logró salvar ayer los 7.000 puntos al final de una semana marcada por la volatilidad y la incertidumbre, en la que el selectivo marcó sucesivos mínimos anuales hasta retroceder a niveles de marzo de 2009.

Estas caídas se asocian a la falta de confianza de los inversores hacia España, lo que también pesó sobre la prima de riesgo, que llegó a superar los 440 puntos básicos durante la semana para finalmente cerrar en 425.

El Íbex 35 español descendió un 2,9% en la semana, lo que lo sitúa en 7.041 puntos después del repunte de ayer, "meramente técnico", según los analistas.

Esta es la quinta semana consecutiva de pérdidas para la bolsa española, que acumula una caída desde principios de año del 17,81% y que estuvo a pocos puntos de retroceder a niveles de 2003 en la sesión del jueves.

El director general de Renta 4 Banco, Jesús Sánchez-Quiñones, destacó que la caída de las cotizaciones de los bancos "ante la percepción de que la reestructuración del sector todavía no se encuentra en su fase final". A esto se une la desconfianza hacia la deuda soberana española, lo que lastra la evolución bursátil de sus principales tenedores, las entidades financieras españolas.

Así, los tres mayores bancos del IBEX, Banco Santander, BBVA y Caixabank, perdieron un 2,26%, un 2,35% y un 2,67%, respectivamente.

Deuda pública

El Tesoro Público celebró esta semana dos subastas de deuda soberana, en las que ha colocado más de 5.700 millones de euros gracias a la elevada demanda institucional.

A pesar del éxito de estas pujas y de que España ya ha captado recursos para cubrir el 45% de los vencimientos de todo el año, la rentabilidad de la deuda española a diez años subió ayer hasta el 5,96%, lo que dejó la prima de riesgo en 425 puntos básicos.