Cómo proporcionar atención médica a los indigentes que no quieren ser atendidos en las calles de Santa Cruz de Tenerife. Buscar una respuesta a esta pregunta llevó a crear la comisión de trabajo para las personas sin hogar y a dar los pasos necesarios para lograr implicar a todas las administraciones para trabajar juntas para ayudar a este colectivo.

Una parte de las personas sin hogar tiene además una enfermedad mental y no quiere ser tratada. Según el jefe de Psiquiatría del Hospital de la Candelaria entre el 15 y el 20% de los ingresos que realizan son de carácter no voluntario.

El médico forense Miguel Ángel Thous dio ayer una charla en la que abordó algunas recomendaciones para realizar estos levantamientos no voluntarios. Explicó que la ley protegía a los que realizaban a los que obligaban a ser tratados a los indigentes que padecían una enfermedad mental porque el derecho a la salud prevalecía sobre los otros.

Thous detalló que hay personas que padecen "un trastorno mental grave" y "no pueden decidir por sí mismos el traslado". El forense detalló que según datos de 2003 "cerca del 70% de las personas que están en la calle tienen un problema psíquico". No obstante, quiso matizar que ese porcentaje probablemente se habría alterado puesto que con la crisis económica "el número de personas en la calle ha crecido".

Thous se mostró convencido de que hay recursos para sacar adelante a estas personas y propuso que hubiera una personas encargada de levantamientos no voluntarios de personas sin hogar en cada institución. De esta forma, cuando hubiera que realizar una de estas intervenciones, siempre existiría una persona de referencia que conocería los pasos a seguir en el protocolo.

Para realizar estos protocolos involuntarios es clave el cuando, el cuántos y el donde. Las intervenciones deben hacerse "cuando sea el momento más adecuado", dijo, en referencia escoger unas horas del día en las que estén más tranquilos. Se necesitan al menos cinco agentes "como mínimo" para realizar el levantamiento no voluntario. "Uno para sujetarle cada pierna y brazo y otro para la cabeza".

Un médico es el que debe valorar, en la calle, si esa persona padece una enfermedad mental y ordenar su tratamiento. Al hospital debe llegar con un informe claro y los trabajadores sociales municipales deben aprovechar el tiempo que está ingresado para realizarle un historial lo más completo posible, detalló Thous durante la charla que dio ayer.