Mariano Señorón Rubio, que preside la Asociación Española de Cajas Rurales (AECR) desde 2009, considera que el Grupo Caja Rural tiene una gran oportunidad de convertirse en un actor relevante del sistema financiero español, hasta alcanzar cuotas de mercado y desarrollo semejantes al de la banca cooperativa de Alemania, Francia, Austria u Holanda.

Casi cuatro años después del inicio de la crisis, ¿cómo describiría el actual panorama financiero?

La crisis internacional tuvo un origen claramente financiero. Se produjo por la confluencia de la pasividad de los reguladores de los principales mercados desarrollados ante el fuerte crecimiento del apalancamiento, especialmente, a través de vehículos fuera de balance, así como por una perversa política de incentivos en las entidades financieras y unas condiciones monetarias excesivamente relajadas que contribuyeron a relativizar el riesgo. El resultado fue un elevadísimo crecimiento del crédito que terminó provocando sobrevaloraciones de activos financieros y reales. La crisis en el sistema financiero español ha sido diferente aunque se ha visto agravada por las turbulencias internacionales. Durante los años de crecimiento, el negocio de los bancos españoles siguió vinculado al cliente y los riesgos se mantuvieron en los balances obligando a cuidar la gestión. Con la crisis ya encima, se han exigido dotaciones excepcionales para compensar la alta exposición inmobiliaria y se ha reforzado sensiblemente el capital exigido a las entidades. Todo ello ha obligado a una reestructuración sin precedentes en el sistema financiero español, que esperamos que salga fortalecido después de estos sacrificios.

Entonces, en su opinión, la causa de la crisis en el sistema financiero es la expansión de los llamados sectores del ladrillo. ¿Tiene que ver con modelos o tamaños de los distintos actores financieros?

Aunque algunas circunstancias y situaciones abonen el terreno, no debemos olvidar que la causa principal de la crisis de cualquier entidad financiera es la mala gestión, por haber registrado un crecimiento demasiado rápido y una asunción de riesgos desmedidos concentrados en sectores concretos. Así que considero que no influye tener un tamaño determinado, ni un modelo especifico.

¿Cuál es su valoración sobre las políticas económicas puestas en marcha?

En mi opinión, la respuesta por el lado de la demanda fue la adecuada, permitiendo la estabilización de la economía global y de los mercados financieros internacionales. Aunque debemos ser conscientes de que los grados de libertad de las políticas de demanda son mínimos y, por tanto, ha tocado centrarse en reformas por el lado de la oferta que aumenten la flexibilidad y la competitividad. Sobre este punto se han tomado las distintas medidas que esperemos que den resultados adecuados. Creo que no podemos salir de la crisis basándonos exclusivamente en medidas de austeridad. Es necesario generar crecimiento, y se deberán seguir tomando medidas a medio plazo para incentivar el crecimiento y el ahorro sin perjudicar el consumo.

¿Qué distingue al Grupo Caja Rural de otras entidades financieras españolas?

La principal distinción es nuestro modelo, que viene fundamentado en nuestro origen y misión. El modelo de Grupo Caja Rural desarrolla una doble vertiente importante y necesaria: la financiera, por un lado, y la social, por el otro. La profunda inserción en las comunidades locales, el conocimiento de las actividades, la construcción de vínculos de larga duración y los canales de participación de nuestros miembros; son elementos propios de las entidades del Grupo. Estos contribuyen a atenuar las asimetrías informativas propias de la actividad financiera. El mayor conocimiento facilita la asistencia crediticia a las pymes y personas físicas, que muchas veces otros actores les niegan.

Hay que destacar que el modelo de negocio del Grupo Caja Rural está basado en el principio de obtener economías de escala por la agrupación de volúmenes de negocio, siempre salvaguardando su valor más importante: la total independencia de las cajas que están asociadas en torno a él. El objetivo es no perder nuestra cercanía, identidad regional, sensibilidad y conocimiento del mercado doméstico en el que hemos surgido, y en el que operamos desde hace muchos años.

¿Se comenta que la mayoría de las Cajas Rurales, están en una situación comparativamente mejor que resto del sector financiero, a que cree que es debido?

Creo que es gracias a su tradicional prudencia en la gestión. Si hay un concepto que planea últimamente por el mundo financiero, es la "vuelta a los orígenes". La gestión de las entidades del Grupo Caja Rural ha tratado de mantener su fidelidad a los principios básicos de banca tradicional, misión y valores del modelo, evitando en lo posible desviar sus criterios de decisión de los principios de prudencia que este negocio exige, y siendo conocedores de que las euforias en los periodos de bonanza gestionadas sin prudencia, acarrean un pesado lastre en los momentos difíciles como los actuales. Nuestras señas de identidad son la cercanía a las personas, la capacidad de trabajo, la sencillez, la prudencia y el afán de superación. Este modelo ha mostrado tener una menor exposición a los mercados de capitales, por no salir de los conceptos básicos.

¿Cómo ve el futuro del Grupo Caja Rural, y qué retos les queda por afrontar?

Ahora mismo, estamos trabajando para dar un nuevo impulso al Grupo a través de un proyecto de cooperación entre entidades moderno, actualizado y con visión de futuro. Soy muy optimista respecto a las cajas rurales del Grupo, porque si seguimos haciendo bien nuestro trabajo, vamos a poder apoyar a nuestras economías locales y también crecer de una manera sostenible, rentable y solvente. Tenemos una oportunidad de negocio muy clara ante el nuevo panorama financiero aunque, de momento, no podemos asumir de golpe todo el mercado que pueden dejar en muchas zonas las cajas de ahorros. Somos realistas, pero aspiramos a cubrir el máximo espacio que podamos, siendo fieles a nuestra filosofía. La prensa financiera internacional especializada puso al Grupo Caja Rural como modelo de ejemplo de prudencia y respeto de las bases de la banca cooperativa, mientras que criticaba a parte del sistema financiero español. En estas crisis, el modelo de banca cooperativa ha salido totalmente fortalecido: ni a nivel nacional ni europeo ha existido problema alguno con ninguna entidad financiera, situándose sectorialmente entre los primeros lugares del ranking por su solvencia, y presentando los únicos casos en los que los ratings han sido revisados al alza como en Alemania. Por otro lado, somos conscientes de que tenemos retos pendientes que abordar, intentando mejorar la colaboración y la obtención de economías de escala, o menores costes de producción.