La inestabilidad deportiva del CD Tenerife, a debate. El club representativo sigue buscando su identidad a base de efectuar cambios de entrenador varias veces durante cada temporada. Los datos son elocuentes: en los seis años de mandato de Miguel Concepción, el Tenerife ha tenido once técnicos, con el añadido de que uno de ellos (José Luis Oltra) cubrió la mitad de esas seis temporadas; solo entre la pasada campaña y el tiempo que llevamos de este ejercicio el Tenerife ha contratado a siete técnicos. Desde una perspectiva más amplia no se vislumbran mejores números: en los últimos diez años han pasado 23 inquilinos por el banquillo local del Heliodoro Rodríguez López. ¿Cuáles son las claves de tamaña inestabilidad? ¿Por qué no dura ningún técnico en el club tinerfeño? Para responder a estas preguntas El Día organizó una mesa de debate que contó con la participación de entrenadores nacionales, exintegrantes del Tenerife, y un director deportivo. Toño Hernández, relevante protagonista blanquiazul en las últimas décadas; Julio Durán, entrenador de la UD Las Zocas, que jugó en el representativo y dirigió a su primer filial; Joseíto, también técnico y exfutbolista del club; José María Ramos, primer entrenador del equipo entre 1981 y 1982; y Mario Rivero, psicólogo de profesión y director deportivo del Unión Güímar, analizaron esta extraña manera de proceder que se ha instalado como costumbre en el Tenerife del siglo XXI. Joseíto considera clave un factor, "las prisas. Cuando las cosas no van como deberían se toman decisiones a la desesperada", extremo en el que abunda Toño, que conoce en profundidad la historia reciente de los inquilinos de ese banquillo. El excapitán blanquiazul considera que a los entrenadores "no se les da el tiempo suficiente para demostrar lo que pueden lograr. Pero también sucede que a algunos técnicos, bien por su cabezonería o bien por su forma de ser y también por la presión que sienten, se les hace grande este club". La opinión que expresa al respecto Mario Rivero añade a las urgencias otra causa, la improvisación que define la gestión del club. Para Rivero, el problema del Tenerife "va mucho más allá de temas puntuales, que también son influyentes. En la última década ha habido falta de liderazgo en la institución. Ha habido una carencia absoluta de diseño de una política deportiva a largo plazo" Julio Durán recuerda que el fútbol "es un negocio" y añade que la mayoría de entrenadores "están vinculados a directores deportivos, y estos a empresas. Cuando se conforma una plantilla, el representante de turno mete a su entrenador y a todos sus jugadores. Es como un lote. Y aquí no se ha acertado ni con entrenadores ni con jugadores". Y en relación a la ausencia de un proyecto de futuro, Durán considera que el presidente actual "ha sido muy torpe por no tener a su alrededor gente que esté cualificada y quiera al Tenerife. Lleva seis años y no lo ha hecho. Será porque no tiene ninguna intención. Es como si no quisiera tener nada a su lado que suene a CD Tenerife o que tiene el ego muy acentuado. A lo mejor estoy equivocado, pero parece que pretende que el protagonismo debe ser suyo y de nadie más". Sea como fuere, hay coincidencia en la apreciación que aporta al debate Mario Rivero, que apunta que el Tenerife "se ha dedicado en los últimos diez años a solucionar problemas a corto plazo. Y de ahí que hayan pasado por aquí en tan poco tiempo tantos entrenadores, futbolistas y directores deportivos. Cuando ocurre esto es que falla el proyecto. Y eso te lleva a entrar en un círculo vicioso", matiz en el que abunda José María Ramos: "Si no hay un proyecto, lo que es pan para hoy, será hambre para mañana". Tal vez haya que relacionar la inestabilidad deportiva de los últimos años con la falta de un líder "a nivel de gestión, alguien con carisma y que sea capaz de encabezar el proyecto", según Mario Rivero, quien añade que lo que tiene que hacer el club, en su opinión, es "dar un giro importante, desde el consejo de administración, la gerencia o incluso desde más abajo. Por esto último la etapa de Oltra fue medianamente tranquila, porque él asumió el liderazgo que el club no tenía. Se erigió en esa figura carismática que hacía falta. Pero un entrenador no puede asumir nunca esa función, porque es un profesional que está solo dos o tres años vinculado al club". Por completar la relación de factores que desembocan en tantos cambios de rumbo, Julio Durán señala que quizás los entrenadores no triunfan aquí "porque no participan en la creación de las plantillas", extremo en el que discrepa Toño:"¿Cómo voy a dejar a un entrenador que me haga una plantilla si a los diez partidos no me da resultados y tengo que sustituirlo?". No obstante, Julio cree que un entrenador debe intentar "que se incorporen jugadores según su estilo de juego", aunque entiende que los técnicos que llegan al Tenerife acepten trabajar con la plantilla que reciben, porque " para muchos de ellos venir al Tenerife es como ir al Real Madrid. En ese caso, ¿qué te van a decir? De puertas afuera dirán que todo está bien, pero en su casa pensarán que tienen cuatro jugadores que no sirven o que no los necesita". La estructura El debate abre una página interesante para poner en entredicho la estructura organizativa del club. Mario Rivero considera que "no existe" esa estructura deportiva en el Tenerife, que es necesaria "independientemente de los posibles bandazos que se puedan dar, en función de la situación deportiva. Si esa base no permanece, la entidad se tambalea desde que se produce una destitución". En tal sentido, Rivero observa un desbarajuste en el funcionamiento del club que explica de esta manera: "Hay una injerencia de los distintos estamentos en la parte deportiva. El gerente interviene en temas que no son los suyos, el presidente hace lo mismo... Hay un desbarajuste a nivel organizativo, sobre todo en la parcela deportiva. La parte económica es otra cosa, porque Concepción ha evitado que el club se haya ahogado". En este punto, Toño interviene para "garantizar" que, por lo que visto en sus treinta años en el club, el genrente Juan Amador "no tiene nada que ver con la dirección deportiva". La gente de aquí La orientación del proyecto de la presente temporada, contestada de forma casi unánime, ocupó una parte destacada del debate. Julio Durán puso sobre la mesa un criterio que luego sería compartido. Según el actual entrenador de Las Zocas, para jugar en Segunda División B "no hacía falta traer tantos jugadores, entrenadores y directores deportivos de fuera. Aquí hay gente más que capacitada para ello. Me duele que en Segunda B no tengamos un director deportivo canario, que conozca el club". Toño fue el primero en sumarse a la queja: "Opino lo mismo", y añadió que ya no es el momento de girar el rumbo, porque una plantilla se hace en la pretemporada. "Ahora es muy complicado -cree Toño- sacar jugadores de la casa. En verano puedes fichar futbolistas de categoría para puestos específicos, pero tienes que contar con un mínimo de canteranos". En esta parte del debate las opiniones fluyen como demostración de que los intervinientes defienden una idea muy consolidada, que además comparte una parte destacada de la afición tinerfeñista. "No solo era necesario contar con jugadores del equipo filial -opina Julio-, sino del fútbol regional, de Tercera, de otras Islas. Hay jugadores de sobra. Lo que pasa es que con la base, o se cree o no se cree. Y aquí no se ha creído nunca. Aquí hemos sacado jugadores de la cantera cuando ha habido necesidad económica. Es fenomenal que haya debutado Sandro pero si no le dan continuidad, ¿para qué lo hacen?". Bajo presión Toño no deja de valorar la gestión de Pedro Cordero en la confección de una plantilla a la que considera "entre las diez mejores de los ochenta clubes de la categoría", pero Joseíto recuerda que, sin embargo, "el equipo no ha demostrado nada. No se ha visto fútbol en toda la temporada. Por lo tanto, los entrenadores no son los únicos culpables. Será que se falló al elegir jugadores que no le hacían falta al Tenerife". Hay una cuestión por resolver: si la plantilla es buena y el rendimiento es muy bajo incluso con los cambios de entrenador, habrá que reparar en otros factores. La presión del entorno del Tenerife, muy superior a la que habían soportado los futbolistas actuales en sus clubes de origen, se somete a debate. Julio Durán, que jugó 15 temporadas en Primera División, rechaza de plano ese pretexto: "Me hace mucha gracia el tema de la presión. Ya está bien de utilizar este argumento. Son profesionales de este deporte y ganan muy bien. Es una estupidez decirlo, pero la presión la tiene el padre de familia que se tiene que levantar cada mañana para sacar a los suyos adelante. El futbolista es el rey de las excusas, siempre tiene un pero". Toño relativiza la importancia de este asunto, porque en lo referente al seguimiento de los medios de comunicación "sí es verdad que ha habido entrenadores que se asustan al entrar en las salas de prensa. Es cierto que los jugadores viven bien y tienen muchas ventajas, pero también sienten presión y a algunos les cuesta muchísimo soportarla". José María Ramos apunta que "también hay una contraposición, que es la exaltación que se hace de los futbolistas que vienen. Al principio se dice en los medios que son los mejores, y ellos no están acostumbrados a eso". En conclusión, la inestabilidad deportiva del club tiene origen multifactorial: las urgencias, la ausencia de un proyecto que se sostenga sobre los pilares de una estructura deportiva de continuidad y la errática política de jugadores que no han respondido.

Texto: VENTURA GONZÁLEZ y JULIO RUIZ Fotos: MONTSE SANTOS