El primer ministro de Holanda, Mark Rutte, afirmó ayer que, tras un nuevo fracaso en la negociación de los objetivos de déficit, la celebración de elecciones anticipadas parece "evidente".

Rutte, que hizo estas declaraciones en rueda de prensa en La Haya, lidera desde 2010 un gobierno conservador en coalición con los democristianos y con el partido de extrema derecha xenófobo de Geert Wilders (PVV) como principal socio parlamentario.

El primer ministro y el democristiano Maxime Verhagen, número dos en el Ejecutivo, responsabilizaron a Wilders del fracaso de las negociaciones, que empezaron el pasado 5 de marzo.

"El PVV se retiró en el último momento de los pactos" que ya se habían alcanzado, explicó Rutte.

También el viceprimer ministro acusó a su socio parlamentario de dejar en la estacada a 16 millones de holandeses: "No tiene el coraje político para aprobar las medidas a las que ya había dado su visto bueno".

El próximo lunes se celebrará un consejo de ministros extraordinario para hablar de la nueva situación creada, según Rutte, quien ya se ha puesto en contacto con la reina Beatriz de Holanda.

Los liberales y los democristianos en el Gobierno, que forman una coalición en minoría, negocian desde el pasado 5 de marzo nuevos ajustes económicos con los que rebajar el déficit público a un 3% del PIB en 2013.