La Cadena Princess Hotels, propietaria del mayor complejo hotelero de La Palma, el Teneguía Princess en Fuencaliente, ha puesto sobre la mesa la posibilidad de cerrar su instalación turística por ser la única con pérdidas continuas de las 12 que tiene en Canarias y por la falta de apoyo habido desde las administraciones para facilitar la implantación del sector turístico y la rentabilidad de las inversiones hechas o propuestas en este sector.

Así lo comunicó ayer su representante Roberto Cabrera, hijo del fundador de la cadena hotelera, en una reunión mantenida entre promotores turísticos, constructores y unos pocos políticos de la Isla, que se dieron cita en el municipio de Mazo, sin convocatoria pública, para exponer ideas, debatir y tomar decisiones sobre la crítica situación del sector turístico de la Isla y la parálisis de las inversiones que se habían previsto.

Cabrera aseguró ante el foro que "se ha puesto sobre la mesa, por primera vez en la cadena, la posibilidad de cerrar unos años este hotel. Sería algo extraordinario en una empresa que jamás ha cerrado una instalación en 40 años".

La cadena Princess afirma que lleva 8 años en La Palma teniendo pérdidas en el complejo hotelero de Fuencaliente. La cifra aportada por la propiedad supera los 6 millones de euros desde que abrió la instalación en 2004, sin contabilizar la inversión realizada. Son pérdidas que hasta ahora ha compensado con otros 11 hoteles repartidos por el resto de Canarias y que sí son rentables.

Además, la situación es tal que, con una ocupación media que no supera el 40%, en un complejo hotelero que posee dos instalaciones diferenciadas con 625 habitaciones (1.250 plazas alojativas), hace ocho años abrió con 360 trabajadores, la mayoría de La Palma a petición del expresidente del Gobierno de Canarias Adán Martín, y en la actualidad su plantilla apenas llega a las 150 personas, más de 200 empleados menos.

En ese sentido, dejó claro que "el hotel no es un avión que se pueda cambiar de Isla, por eso sigue ahí. Estamos solo pendientes de ver cómo evoluciona la Isla y la mentalidad clara respecto al turismo. O hay apoyo o no hay salida".

Solos y aislados.- En ese tiempo, según afirmó Cabrera, "nos hemos sentido muy solos, pese a que hemos cumplido con creces con la Isla". Es más, aclaró que "hemos padecido dos años de aislamiento absoluto tras lo sucedido con el incendio y las riadas del Sur de La Palma, con problemas serios de comunicación. Además, hemos tenido una playa cerrada durante otros tantos años y no termina de ejecutarse el paseo marítimo que se prometió".

Princess invirtió en esta Isla porque la consideraba "diferente, con posibilidades de crear un producto diferenciado del resto". Pero apunta que "está claro que una empresa busca siempre la viabilidad económica y en estos momentos estamos desesperados".

Desde la cadena hotelera se entiende que "llegó el tiempo de colaborar en el esfuerzo de crear masa turística para garantizar el desarrollo económico de la Isla, porque nosotros no vamos a seguir solos en esta lucha, en la que hemos participado trayendo vuelos desde Italia, desde la península en invierno y con otros destinos". Al respecto, dejó claro que "esta vaca (en referencia a su hotel) ya no tiene más leche y es verdad que nos podemos quedar por el camino si esto no cambia".

Apuesta en Las Hoyas.- En cualquier caso, Roberto Cabrera aclaró que "existe otra posibilidad, más bien una huida hacia delante, que es arriesgarse a invertir más con la construcción de otro hotel en Las Hoyas, tal y como ha acordado con el Ayuntamiento de Tazacorte, pero es algo que no depende de nosotros, sino de las administraciones. Eso sí, que conste que no vamos a soportar el camino habido hasta ahora, ni iremos más solos en este asunto".

En ese sentido, considera vital desarrollar el Valle de Aridane a nivel turístico, "ahí está el futuro" y además ejecutar un proyecto que entiende fundamental, la vía costera desde Fuencaliente hasta Los Llanos (El Remo). Al respecto, entiende que "sin esa carretera, esto no va a caminar. Es más, me pregunto cómo hacer rentable un campo de golf o un balneario con trayectos de más de 50 minutos".