El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, viajará el jueves a Barcelona para cenar con el consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE), que se reúne en la ciudad condal, con la esperanza de que este organismo apueste por nuevas inyecciones de liquidez para respaldar las reformas emprendidas.

Con la economía española formalmente en recesión, el jefe del Ejecutivo ha aprovechado sus últimas intervenciones públicas para recordar la necesidad de que el BCE no abandone a los países que están cumpliendo con sus compromisos de disciplina fiscal.

El BCE interrumpió hace siete semanas la compra de deuda soberana de países con dificultades de financiación y su presidente, Mario Draghi, ha descartado la posibilidad de reactivar este programa al recordar que los tratados prohíben a la entidad la financiación monetaria.

A pesar de las peticiones del sector, el BCE tampoco prevé nuevas subastas de liquidez para la banca, después de inyectar más de un billón de euros a tres años en dos operaciones.

Sin citar directamente a la entidad monetaria, Rajoy ha dejado claro que, para recuperar el crecimiento, España debe contar con liquidez suficiente para "proteger" las reformas puestas en marcha por su Ejecutivo, en un contexto de creciente desconfianza y necesidades de financiación.

A su juicio, para que los pasos dados tengan éxito, resulta imprescindible contar con el adecuado nivel de crédito y que éste se transmita a la economía real.

Un escenario que se ha complicado además después de que la agencia de medición de riesgo Standard & Poor''s rebajara el pasado jueves dos peldaños la calificación de España, de "A" a "BBB", y decidiera hoy recortar la calificación de once entidades financieras.

Junto a esta apuesta por nuevas inyecciones de liquidez, Rajoy llegará a la cena del BCE con otra propuesta en sus manos, ya que el Gobierno mantiene la candidatura del español Antonio Sáinz de Vicuña para sustituir en el Comité Ejecutivo del banco a José Manuel González-Páramo, que concluye su mandato a finales de mes.

Aunque la decisión no ha sido adoptada, el Ejecutivo reconoce la dificultad de que triunfe la candidatura del español frente a la del luxemburgués Yves Mersch, gobernador del Banco Central de su país.

España podría acceder a la presidencia del fondo de rescate europeo.