El restaurante danés Noma se coronó ayer, por tercer año consecutivo, como el mejor restaurante del mundo seguido por los españoles El Celler de Can Roca y Mugaritz, que también repiten posiciones en la lista de la revista "Restaurant".

La revista británica reveló anoche su esperada lista de 50 mejores restaurantes del mundo, considerados los "Óscar" de la alta cocina, en la que el brasileño Alex Atala escaló tres puestos y consiguió que su restaurante D.O.M de Sao Paulo se colocara cuarto.

En una gala celebrada en Londres, "Restaurant" consideró de nuevo segundo mejor restaurante del mundo a El Celler de Can Roca (Girona), del chef catalán Joan Roca, mientras en tercera posición repitió Mugatitz de Rentería (Guipúzcoa), del vasco Andoni Aduriz.

Arzak, de San Sebastián, volvió a quedarse en octava posición; el asador Etxebarri (Atxondo, Vizcaya) subió del 50 al 31 y Quique Dacosta (Denia, Valencia) consiguió entrar por primera vez en la clasificación, en el puesto 40.

Los latinoamericanos

Además, los restaurantes latinoamericanos consolidaron su buena racha en estos premios, con la presencia del peruano Astrid y Gastón (35) y los mexicanos Pujol Mexico City (36) y Biko (38).

Por su parte, Elena Arzak, del restaurante Arzak en San Sebastián, sucedió ayer a la francesa Anne-Sophie Pic como valedora del premio a la mejor chef femenina del mundo, en uno de los galardones entregados durante la gala y previamente anunciado.

Entre los diez primeros puestos se encuentran también el italiano Osteria Francescana (5); los estadounidenses Per Se (6), Alinea (7) y Eleven Madison Park (10), además del británico Dinner by Heston Blumenthal, que se estrena en la novena posición.

Los organizadores de la clasificación, que cumple su décimo aniversario, destacaron ayer "la meticulosa atención al detalle" del chef René Redzepi en su restaurante Noma de Copenhague, que se caracteriza por un uso innovador de los productos nórdicos.

Hace tres años, el restaurante danés Noma arrebató el primer puesto de la lista de "Restaurant" a El Bulli, del mítico cocinero Ferran Adriá, cerrado el año pasado para dedicarse a la investigación culinaria.