El presidente boliviano, Evo Morales, anunció ayer inesperadamente la expropiación de las acciones de Red Eléctrica Española (REE) en una empresa transportadora de energía en Bolivia.

Morales eligió una fecha simbólica para hacer su anuncio en un acto con motivo del Día Internacional del Trabajo, en el que presentó la nacionalización de la Transportadora de Electricidad (TDE) como "justo homenaje a los trabajadores y al pueblo boliviano que ha luchado por la recuperación de los recursos naturales y los servicios básicos".

El mandatario justificó la expropiación en que "esa empresa internacional española en 16 años apenas ha invertido 81 millones de dólares, una inversión en término medio de cinco millones al año", que consideró insuficiente.

Horas después nombró a Roberto Peredo Echazú como nuevo gerente de la compañía nacionalizada.

Tras leer el decreto, ordenó a las Fuerzas Armadas la custodia de las instalaciones de la compañía nacionalizada, cuyos trabajadores se declararon sorprendidos por la medida y reclamaron estabilidad laboral.

Además, decenas de personas leales a Morales se apostaron a las puertas de la empresa en la ciudad de Cochabamba con banderas bolivianas y wiphalas, la multicolor enseña ajedrezada que identifica a las etnias indígenas del altiplano, aguardando la inminente llegada del presidente.

Una vez allí, el mandatario boliviano aseveró que su Gobierno reconocerá las inversiones realizadas por Red Eléctrica Española en su país.

"Somos responsables con las empresas. Si lo que corresponde es devolver, hay que devolver. Si una empresa ha hecho inversión, reconocemos la inversión y siempre vamos a reconocer la inversión".

Para ello, el Gobierno boliviano contratará a una "empresa independiente" para fijar su valor, en un plazo de 180 días hábiles, según indica en el Decreto Supremo 1214 por el que se ratifica su expropiación.

En la exposición de motivos del decreto, el Ejecutivo boliviano recuerda varios artículos de la Constitución, como el que establece que el Estado puede intervenir en toda la cadena productiva de los sectores estratégicos para garantizar su abastecimiento.

También alude a otro artículo en el que señala que el Estado puede asumir el control y la dirección sobre la exploración, explotación, industrialización, transporte y comercialización de los recursos naturales estratégicos a través de entidades públicas.

Asimismo, menciona un decreto aprobado en julio de 2008 en el que el Gobierno boliviano dispuso que Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), en representación del Estado, adopta el rol estratégico para participar en toda la cadena productiva de la industria eléctrica, así como en actividades de importación y exportación de electricidad en forma sostenible, con criterios de promoción del desarrollo social y económico del país.

De hecho, en 2010 expropió las acciones de cuatro empresas generadoras de electricidad, incluidas dos filiales de la francesa GDF Suez y la británica Rurelec, que inició un arbitraje a Bolivia en la Corte de La Haya por esa medida.

El mandatario ha nacionalizado, expropiado o revertido al Estado cerca de veinte empresas de hidrocarburos, cementos, minas, además de las eléctricas, entre otras, desde que llegó al poder en 2006.

Morales anunció la expropiación pocas horas antes de inaugurar con el presidente de la petrolera española Repsol, Antonio Brufau, la segunda planta procesadora de gas del campo Margarita, en el sur de Bolivia, que permitirá aumentar las exportaciones a Argentina.

En su discurso, Brufau aseveró que esto demuestra con hechos la consolidación de la relación de Repsol con la firma Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y, a través de ella, con el Estado boliviano, al que calificó de "socio estratégico".