La poderosa voz de Isabel Pantoja buscó la noche del pasado miércoles en su concierto del Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid "la intimidad" que dice la tonadillera solo encuentra en el escenario, ante un público incondicional que también pudo disfrutar del baile de la cantante con un repertorio plagado de homenajes y con Miguel Poveda como coprotagonista. Con los acordes de "Hoy quiero confesar" la cantante consiguió un aplauso del público antes incluso de salir al escenario vestida de blanco inmaculado y plumas de marabú, arropada por los piropos de sus incondicionales y una veintena de músicos.

Desde los temas iniciales, los siete mil espectadores, algo más de dos tercios del aforo del recinto, mantuvieron un diálogo con la tonadillera que respondía a cada uno de sus "guapa" y declaraciones de amor.

Al son del tema de "Buenos días tristeza", Pantoja se arrancó a bailar por primera vez. Tomó luego prestados los boleros "Dos gardenias" y "Perfidia", popularizados por Antonio Machín y Armando Manzanero. Junto a ellos "Era mi vida él" y "Pensando en ti", acompañada solo de un piano y con un foco sobre ella, completaron la parte más emocional del concierto. Durante este bloque fue interrumpida constantemente por los gritos de admiración de los asistentes. Lo cerró llorando y con parte del público en pie.

Después de más de una hora de espectáculo, Isabel Pantoja dejó el escenario para retornar vestida con una bata de cola en azul marino y estampado de flores rojo encarnado a juego con el mantón.

Con olés y aplausos fue recibido Miguel Poveda que se unió a Isabel para culminar un duelo vocal lleno de intensidad. Eso dejó al público listo para que la andaluza dejara a su paisano solo en el escenario. El cantante completó media hora de actuación.

Isabel volvió con un traje de gitana en fucsia y blanco. Su interpretación de "Se me enamora el alma" cerró un espectáculo que duró casi tres horas.