"Los autores españoles casi nunca han escrito para el teatro y este momento de crisis no supone una excepción. Por desgracia, las artes escénicas suponen el último escalón de la cultura y siempre han estado sumidas en la crisis porque ha sido desatendidas por la sociedad. Claro que hay quien aprecia el teatro, pero es una minoría". Así de rotunda se manifestó ayer la veterana actriz vallisoletana Lola Herrera, que encabeza el reparto de "Querida Matilde", obra que se estrenó anoche en el teatro Guimerá y se despide hoy de Santa Cruz con una doble función, a las 19:00 y 21:30 horas.

En esta adaptación de Juan Luis Iborra del texto original del dramaturgo estadounidense Israel Horovitz, Herrera está acompañada por Daniel Freire y Ana Labordeta, ausente ayer de la rueda de prensa por enfermedad.

Freire destacó el acierto en la adaptación al convertir a su personaje en argentino. "Es el mismo idioma, pero con significado diferente según quien lo utiliza. Eso enriquece el texto y lo hace entendible para el público español". El actor añadió: "Querida Matilde trata sobre tres personajes desesperados que deben convivir a su pesar y aprender a hacerlo".

Lola Herrera resaltó el humor "pero con fondo serio" del montaje para abundar en la idea inicial: "El teatro suele ir por delante de los acontecimientos, pero es un camino complicado y duro. De ahí que los autores se decanten por otros soportes como la televisión, los guiones de cortos o los libros".

Daniel Freire insistió: "A veces los autores saben qué quieren decir, pero no conocen las leyes del teatro. Hay textos muy interesantes, pero sin interacción entre los personajes no se transmite nada".

"En otros países -añadió la protagonista de "Cinco horas con Mario"- el teatro es el alimento, pero aquí no es algo prioritario y menos para las instituciones oficiales o para los políticos. Si se recorta en lo esencial, qué se puede esperar en lo que se considera superfluo y frívolo". "Eso no quita -apostilló- para que la gente acuda más al teatro en crisis porque necesita evadirse un rato".

Lola Herrera calificó a su personaje de "manipuladora porque no podía hacer otra cosa en la vida". Luego criticó el que no se articulen circuitos para facilitar la programación. "Estoy harta de estar dando saltos como una pulga. Pasa en la Península, pero en Canarias es peor porque todos los isleños tienen derecho a ver los espectáculos. No concibo cómo una compañía no actúa en todas las islas. Ahora tenemos la fortuna de ir a La Palma y Tenerife; y debemos agradecerlo a quien se arriesga porque es muy caro todo lo que rodea a una obra, desde la Seguridad Social al transporte ".

La actriz bromeó con su buen aspecto: "Me conservo en formol", para añadir ya en serio: "No he parado de trabajar desde los doce años y quiero seguir este camino hasta que pueda. No voy a dejar que nadie me pare aunque claro que noto el paso del tiempo".