El candidato socialista a la Presidencia de Francia, François Hollande, acabó ayer la campaña para la segunda vuelta de los comicios de este domingo como favorito, aunque los últimos sondeos determinan que la distancia con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se ha reducido.

El conservador Sarkozy insistió en las horas previas al final de la campaña oficial, a medianoche de ayer, que el destino de la jefatura del Estado se jugará el día 6 "en el filo de la navaja", en alusión al margen que los separa a ambos en la intención de voto reflejada en las últimas encuestas.

La encuesta publicada por la revista Paris Match mantiene en cabeza a Hollande, que en la primera vuelta del 22 de abril alcanzó el 28,63% de los votos frente al 27,18% de Sarkozy.

Ese sondeo da a Hollande un respaldo del 52%, frente al 48% al presidente francés. Esos cuatro puntos de diferencia suponen la menor distancia que ese sondeo diario otorga al candidato conservador, aunque se hizo antes del debate televisado del pasado miércoles y del anuncio del centrista François Bayrou, antiguo aliado de Sarkozy, de que votará por el socialista.

Otros cuatro sondeos publicados ayer también confirmaron la ventaja del socialista, aunque con Sarzkoy tras él a menor distancia que en los precedentes: Hollande alcanzaría un 53,5% en el mejor de los casos y el conservador un 47,5% también en su mejor resultado.

Por eso Hollande se mostró "preocupado" por los sondeos e hizo un llamamiento a sus votantes para evitar una "desmovilización".

Por su parte Sarkozy aseguró en otra cadena de televisión y a la misma hora, que "cada voto va a contar" para derrotar a su rival.