El portavoz de Economía del PSOE en el Congreso, Valeriano Gómez, aseguró ayer que el PSOE no se opone a la intervención del Estado en Bankia, cuarta entidad bancaria de España y "pieza clave" del sistema financiero español, y avalará la nueva reforma financiera que aprobará mañana el Consejo de Ministros y que exigiría aumentar las provisiones de los bancos entre 20.000 y 30.000 millones más.

Gómez hizo estas declaraciones después de que el ministro de Economía, Luis de Guindos, le informara en un contacto telefónico, durante la tarde de ayer, de las líneas principales de la reforma financiera. De Guindos, Gómez y la secretaria de Economía y Empleo del PSOE, Inmaculada Rodríguez Piñero, está previsto que mantengan hoy una reunión, en un lugar y a una hora todavía no concretada, para profundizar en el asunto.

Gómez explicó que durante el encuentro el PSOE pondrá sobre la mesa sus propias condiciones si el Gobierno quiere contar con su apoyo en el Congreso para aprobar esta reforma, al igual que la de hace un mes y medio.

Reunión con De Guindos

Los socialistas también quieren fijar sus condiciones respecto a la nacionalización de la matriz de Bankia. Fuentes del PSOE dejaron claro que las condiciones de dicha entrada y los planes de reestructuración consiguientes deberán ser objeto de negociación, a su juicio, en el marco de la reforma global del sistema financiero que se empezará a abordar en la reunión de hoy. Los representantes del PSOE en dicha reunión propondrán las medidas que el partido considera "imprescindibles" para garantizar que el proceso de reestructuración no suponga pérdida de recursos públicos.

Además, los socialistas quieren que durante todo este proceso se tengan en cuenta las necesidades y las demandas que con carácter general tienen los ciudadanos y las pymes.

En el año 2010 se creó BFA -matriz de Bankia-, que comenzó a operar el 1 de enero de 2011. BFA es la octava entidad en la que ha tenido que intervenir el Gobierno desde el inicio de la crisis. La penúltima tuvo lugar a finales de noviembre del año pasado, cuando el Banco de España decidió destinar 3.000 millones de dinero público a sanear Banco de Valencia.