La agencia de calificación de riesgo Moody''s rebajó hoy la nota de siete compañías eléctricas niponas por la incertidumbre que vive el sector a raíz del accidente nuclear de Fukushima Daiichi, que ha llevado a paralizar todos los reactores de Japón.

Moody''s rebajó dos escalones, desde A1 a A3, la calificación de seis eléctricas que operan en otras tantas regiones de Japón, mientras que a una séptima, J-Power, que cuenta con plantas térmicas e hidroeléctricas pero no nucleares, la rebajó un escalón, desde AA3 a A1.

La agencia destacó que las compañías afrontan "un periodo de incertidumbre" en lo referente a la regulación del sector, además de una "baja rentabilidad" y "mayor gasto de capital".

La revisión a la baja de Moody''s se produjo después de que el pasado fin de semana se detuviera el último reactor atómico activo de los 54 con los que contaba Japón antes de la crisis nuclear desatada en Fukushima por el tsunami de marzo de 2011.

El resto se había parado gradualmente en los últimos meses tras el accidente por seguridad o por las revisiones rutinarias a las que obliga la ley japonesa, y hasta ahora ninguna de las unidades ha obtenido el visto bueno necesario para su reactivación.

Al carecer de energía atómica, que antes de la crisis suponía el casi el 30 por ciento del total de la energía de Japón, el país ha tenido que aumentar el ritmo de sus plantas hidroeléctricas y térmicas, lo que conlleva "unos costes significativamente más altos" para las compañías, señala Moody''s.

Así, recuerda que pese a que el marco regulador de Japón sigue respaldando a las eléctricas, la mayoría de ellas "registran un deterioro de su rentabilidad", y señala que el país debe resolver de manera clara las cuestiones relacionadas con la industria nuclear que se plantearon tras el accidente de Fukushima.