Buena parte de los clientes y los empleados de Bankia han reaccionado con calma y tranquilidad un día después de conocerse que el Estado nacionalizará el grupo, aunque algunos temen que en el futuro acabe en manos de otras entidades.

Fuentes sindicales han explicado que los clientes han seguido preguntando en las sucursales qué está pasando y que reciben la respuesta de que sus ahorros están garantizados y las gestiones diarias se seguirán haciendo "como de costumbre".

Pero añaden que, además de entre los clientes, entre los empleados del grupo se cruzan opiniones sobre qué les deparará la toma de control de Bankia por parte del Estado.

"Los más optimistas" creen que el banco podrá salir adelante por sí solo y recuerdan que Caja Madrid, Bancaja y las otras cinco que lo formaron tienen importantes participaciones empresariales que podrían traer suculentos ingresos.

"Aunque el grupo tenga que sanear el riesgo inmobiliario, con la venta de unas cuantas participadas habrá dinero más que suficiente. Siempre que no las vendan a precio de saldo", argumenta uno de los directores de una céntrica sucursal de Madrid.

Bankia y su matriz son propietarias, entre otras grandes compañías, de un 5,4 % de Iberdrola, un 15 % de Mapfre, o un 12 % de IAG, resultado de la fusión de Iberia-British Airways.

En otras sucursales, sin embargo, los empleados más locuaces admiten que temen por el futuro del grupo y el "apetito" de los competidores que, en su opinión: "Están deseando robarnos clientes. Y si es posible, los mejores".

Ante esto destacan la fidelidad de su clientela, aunque admiten ser "conscientes" de que el nuevo equipo gestor, encabezado por José Ignacio Goirigolzarri, podría optar por vender parte de la red para sanear el grupo.

"Esperemos que no opte por esa vía, pero ya se rumorea que viene con el mandato del Gobierno de vender hasta un 40 % de nuestras oficinas y eso son más de 1.000 sucursales y cerca de 4 millones de clientes", explica una de las gestoras de banca personal de Bankia.

La misma empleada recuerda que el grupo ha sido el que más ha recortado su red durante la crisis. Un ajuste que supone el 25 % del que ha realizado todo el sector.

Ante la posibilidad de que Bankia pierda los mejores clientes y alguna de sus mejores participaciones, los inversores se deshacen de sus posiciones en bolsa y siguen vendiendo acciones del grupo, que hoy han perdido un 1,17 % de su valor, hasta 2,10 euros.

Desde que empezó el año, los títulos han caído un 41,45 % y poco más de un 14 % sólo desde el pasado lunes, cuando Rodrigo Rato anunció que dejaría la presidencia de Bankia.

Los analistas consultados creen que no hay indicios que permitan calcular cuándo tocará suelo la acción, pero piensan que la toma del control de Bankia por parte del Estado es la solución más adecuada para aclarar la situación de la entidad.

Un informe de Renta4Banco ve "positiva" la operación y dice que "debería permitir reducir la incertidumbre y el mal comportamiento de los títulos", aunque recuerda que aún está pendiente ver el plan de reestructuración que se presente al Banco de España.

En la misma línea, Self Bank recalca que "la forma de llevar a cabo la reestructuración de Bankia será clave para mejorar, en caso de que resulte exitosa, la credibilidad y visibilidad del sector".

El profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) Miguel Ángel Bernal destaca la falta de un papel más activo del Banco de España.

Además, añade que el supervisor no puede alegar ahora que sí actúa, después de que la consultora Deloitte no firmara las cuentas de Bankia, ya que los inspectores del organismo conocían perfectamente lo que pasaba.