La Dirección General de Administración Penitenciaria (DGAP) de Marruecos negó de nuevo hoy que se practique la tortura en las distintas cárceles del país.

En un comunicado difundido por la agencia oficial MAP, la DGAP respondió al ex preso Omar Haduchi, notorio líder religioso salafista, quien el miércoles aseguró, según un diario local, que el director de la institución, Hafid Benhachem, "tiene que estar en la cárcel en vez de en un puesto de responsabilidad".

El organismo penitenciario calificó las palabras de Haduchi de "irresponsables" y le conminó a desmentirlas en el mismo medio en que las pronunció o atenerse a la posibilidad de "persecuciones judiciales".

Asimismo, reiteró que Haduchi "gozó de todos los derechos que le están garantizados por la ley" y afirmó que el líder salafista disponía de "un lugar de detención apropiado, alimentación, cuidados y un período de recreo" desmintiendo así sus declaraciones de haber sufrido malos tratos.

En este sentido, subrayó que estaba en una "celda individual y estaba autorizado a leer y escribir y reunirse con otros presos" y recordó que el ex preso salafista llegó a publicar algunos escritos mientras estaba en la cárcel que dedicó a los responsables de dicha delegación.

La DGAP ya desmintió hace dos semanas las palabras de otro conocido salafista, Hasan Ketani, quien denunció el uso de la tortura como "política sistemática" en las cárceles marroquíes.

A pesar de que muchas ONG locales y presos políticos insisten en que se práctica la tortura en las cárceles marroquíes, las autoridades penitencias aseveran que "combaten con el rigor necesario todas las prácticas atentatorias a las reglas jurídicas en vigor".

Al hilo de este argumento, la DGAP ha subrayado su disposición "a abrir las puertas de las prisiones a todas las instancias e instituciones jurídicamente habilitadas para controlar la situación de los detenidos".