Los padres de los 126 niños matriculados este año en la escuela infantil de Miramar mostrarán hoy su malestar en el centro por el más que presumible cambio de gestión al que se ve abocada este célebre guardería, que abrió en 1975 con una clara vocación social, por la eliminación del apoyo financiero de Banca Cívica, que argumenta la situación económica para proponer que las 16 trabajadoras se constituyan en autónomas, en una cooperativa o sociedad para mantener la oferta.

La protesta de hoy servirá de antesala a la manifestación convocada para mañana, desde las 10:00 hasta las 11:30 horas y que partirá desde la plaza Weyler hasta la sede central de CajaCanarias.

Los padres recalcan el perjuicio que supondría para muchas familias la pérdida del respaldo de Banca Cívica a un proyecto que ya ha beneficiado a dos generaciones. De cambiarse el modelo, creen imposible que se mantengan los precios asequibles que permiten a muchas madres solteras dejar a sus niños por tarifas de 40 a 80 euros de media al mes y poder conciliar su vida laboral con la educación infantil de sus niños (hasta los 5 años).

Los progenitores consideran que se trata de una clara privatización de un servicio social que ha hecho un gran bien desde hace casi 40 años y confían en que Banca Cívica reconsidere su postura.

A su juicio, todo obedece a que estas trabajadores tienen, en muchos casos, una gran antigüedad y están acogidas al antiguo convenio de CajaCanarias, con múltiples beneficios, y no al de Banca Cívica. Aunque recalcan que no hay nada por escrito, el hecho de que no repartieran los formularios para el nuevo curso abrió las dudas hasta que una reunión con la entidad bancaria confirmó la nueva situación, que se intenta evitar con estas acciones.