Ainhoa Rodríguez Melián

Telde (Gran Canaria), 10 may (EFE)-. La fibromialgia es una enfermedad destructiva aunque no mortal, pues afecta al cuerpo, a la mente y al espíritu, y en ocasiones "el sufrimiento se convierte en un compañero que a veces no se sabe compartir", ha indicado el médico José Alfredo Ojeda.

El también director del Centro de Traumatología Teldense recuerda así una carta que en su día escribió un afectado fibromiálgico, de 24 años, quien decidió acabar con su vida porque consideraba que la enfermedad lo había destruido y prefería ir a otro mundo para comprobar si era mejor.

El especialista, que hoy presenta en el municipio grancanario de Telde su libro "El Libro de la Fibromialgia", explicó durante una entrevista concedida a EFE que la fibromialgia es una enfermedad difícil de diagnosticar.

Ojeda ha tardado más de 20 años en publicar su libro porque en él además de explicar la enfermedad, los síntomas y el tratamiento, recoge testimonios de los afectados y de sus familiares e historiales clínicos de la enfermedad.

El diagnóstico de la fibromialgia ha mejorado en los últimos años, lo que ha hecho aumentar el número de casos, que ya alcanzan los 3,5 millones de afectados en España, además de tratarse de una enfermedad "femenina", pues el 95 por ciento de las afectadas son mujeres.

Suele aparecer acompañada de otras patologías y síntomas que dificultan su diagnóstico, como dolor en zonas localizadas, la fatiga, alteraciones del sueño y digestivas, entre otros.

El mal diagnóstico lleva a los médicos a prescribir medicamentos que no mejoran la calidad de vida de los afectados, quienes siguen con sus dolores.

Al no saber lo que tiene, el paciente se preocupa aún más y en ocasiones sufre crisis de ansiedad y depresión, lo que provoca "un círculo álgido", indica el especialista.

La fibromialgia afecta no sólo al enfermo sino también a la familia y a su ámbito social y laboral, pues le limita en su vida cotidiana y exige un cambio de vida.

En el caso de las parejas, es necesario un "cambio de amar y de sentir o la relación está abocada al fracaso", según Ojeda.

El especialista ofrece en su libro un protocolo clínico para que el profesional sanitario pueda hacer una "valoración holística del paciente" que incluya un diagnóstico diferencial de otras enfermedades con síntomas parecidos.

El tratamiento ha de ser "multidisciplinar y personalizado" y debe contar con el paciente, "quien debe ser el protagonista de su enfermedad" y debe controlarla con cuestionarios y valoraciones de cuadros dolorosos para que el especialista pueda evaluar la evolución de los tratamientos.

Ojeda concede gran importancia a las asociaciones de fibromiálgicos como un pilar de apoyo a la familia y al enfermo, y ofrece un mensaje de esperanza con el pensamiento "Si el dolor es tu compañero, deja que la esperanza sea tu amiga".