PaulinoRivero ha caído en el más absoluto despotismo político. Por eso, como hacen habitualmente los tiranos, quiere impedir a toda costa la libertad de prensa. Lo único que le agrada es lo bueno que dicen de él dos diarios que tiene subvencionados -uno se edita en Las Palmas y el otro, aunque sale a la calle en Tenerife, está supeditado a la línea editorial e informativa de su socio canarión-, así como las excelencias que le cantan desde su Televisión y Radio autonómicas. Con EL DÍA, leña al mono hasta que aprenda inglés; hasta que José Rodríguez termine por ver la luz de la verdad del paulinato y entre de lleno en ese antro infesto -eso que muchas veces llamamos la hez del periodismo- como ya lo han hecho otros indecentes de la pluma, entre ellos un pájaro tatarita de Las Palmas y una lesbiana con amistades judiciales, eso nos dicen fehacientemente desde la tercera isla, irritada porque también la hemos sacado del armario. Mal hecho por su parte, ya que ser lesbiana no es motivo de vergüenza sino de orgullo; el día del orgullo gay también lo es para ellas.

EL DÍA, insistimos, no le gusta a Paulino Rivero ni a su pandilla política. Por eso intentan que no lleguemos a nuestros lectores. Una tarea en la que fracasan porque el pueblo, que no es idiota como piensan ellos, aunque sí muy complaciente con los ineptos, sigue depositando su confianza en nosotros: seguimos siendo el periódico más leído de Canarias. Fracasan, pero no por ello cejan en su intento de hundirnos, como lo demuestra un hecho ocurrido recientemente en El Sauzal, que, por casualidad, es el pueblo del susodicho. Ante la extrañeza de que no se comprase EL DÍA en el Complejo Deportivo El Casco de esa localidad, a la vez que se ha pasado a adquirir dos ejemplares diarios de un periódico tinerfeño al servicio del señor Rivero y de su señora esposa, uno de los socios quiso saber el motivo. "Lo que dice EL DÍA disgusta a los socios", fue la respuesta que le dieron.

Como a este lector de EL DÍA sí le interesa lo que decimos, y amparado por el derecho incuestionable de todo ciudadano a recibir una información veraz e independiente, se dirigió al Ayuntamiento de El Sauzal también en demanda de explicaciones. La respuesta que le dio el concejal responsable del centro no pudo ser más peregrina: no se compra ningún ejemplar de EL DÍA, pero sí dos de otro periódico, por razones comerciales. Qué tomadura de pelo. ¿Quién ha dado la orden de que se proceda así? ¿El alcalde de ese municipio? ¿Paulino Rivero directamente? ¿La goda política que actúa como una zarina? Vaya usted a saber.

Esto demuestra la categoría política de quien preside el Gobierno de Canarias para desgracia de todos los canarios. Un déspota y cínico político que no utiliza su posición para resolver los problemas de los isleños -colas del hambre, paro, emigración masiva de jóvenes, listas sanitarias, etcétera-, sino para vengarse de las empresas y de los medios de comunicación que no le ríen sus payasadas. Porque Paulino Rivero es un payaso político; un bufón esperpéntico rodeado por una corte de mariachis inservibles para todo salvo para la conspiración. En otro país, alguien como él ya habría sido encarcelado a perpetuidad. Incluso pasado por las armas, políticamente hablando. Que le dé gracias al temperamento canario; inclusive al temperamento español. Y no solo esto; debería pensar que tiene mujer e hijos. Es decir, una familia a la que está arrastrando al más absoluto de los desprestigios movido por su afán de perpetuarse en el cargo.

Su familia, y con ella todas las familias del Archipiélago, son víctimas de la incapacidad mental de este individuo -seguimos hablando en el aspecto político, no en el personal- que ha hundido a Canarias. ¿Cuándo va a reaccionar CC?

Nunca. Los nacionalistas parecen más narcotizados por Rivero que los canarios por los españoles. Ayer mismo publicábamos que la cúpula de CC se plantea modificar las normas para que este inútil político presida también el partido. ¿Es que quieren suicidarse los dirigentes de CC? Además, ¿cúpula o mafia? Porque los nacionalistas han pasado de ser ATI, AIC y CC a ser una mafia política que gestiona un conglomerado de intereses, tanto en Canarias como en el extranjero. Lo que no van a tener, como sigan así, son votos.