ESTA es la pregunta que Nicodemo le hace a Jesús, "¿cómo puede un hombre nacer siendo viejo?", que nos narra el Evangelio de San Juan (3, 2-21). "Volver a nacer de nuevo" es la esencia o el fin último del Proyecto Hombre, tal como me explicaba este lunes pasado el sacerdote y presidente de la Fundación CESICA (o del Proyecto Hombre en Canarias), don Antonio Hernández. Persona que acostumbra a ir al "grano" y que para todo encuentra respuesta o explicación en el Evangelio, porque, según él -yo también lo creo así-, y así lo enseña la Iglesia, todo lo relacionado con la vida del hombre está contenido en las Sagradas Escrituras y, de manera más concreta, para el "hombre nuevo", en el Nuevo Testamento.

Son miles las personas que han encontrado respuesta a esta pregunta inicial, durante veinte años que lleva el Proyecto Hombre en Canarias: "Cuántas personas he visto volver a nacer después de su rehabilitación en este proyecto", me comentaba don Antonio, que ha oído decir a padres, hermanos, esposos, esposas, hijos, amigos: "Ha vuelto a nacer de nuevo"; "es otro u otra, como si volviera a nacer"; "¡ha sido un milagro!". Después de haber pasado y hecho pasar un infierno -y arruinado-; porque la droga no solo afecta o daña al drogadicto, sino que aflige a toda su familia. Es por lo que la familia ha de ser tratada o recuperada, porque es clave en el proceso terapéutico. En realidad, la familia es fundamental en y para todo, y es por donde se empieza. Después de la desintoxicación, la reinserción en la familia.

Las causas de la drogadicción pueden ser múltiples y variadas, pero personalmente las que más conozco son las que detrás de un drogadicto hay un conflicto familiar -esto daría para otro tema-. Aunque me atrevo a afirmar que la droga no perdona, y que nadie está libre de verse afectado por ella: un hijo, nieto, un hermano, un amigo o nosotros mismos, si no tomamos las medidas de prevención adecuadas, y que se conocen a través de los medios de comunicación y de las reiteradas campañas de información que se hacen -que también, de modo exclusivo, merecen otro artículo-.

Además, me lo confirmaba el presidente del Proyecto Hombre: "He visto personas de toda clase y condición hechas unas piltrafas, la mayoría en condición marginal y, que más o menos, un noventa por ciento han pasado por la cárcel o algún centro correccional. Pero, gracias a Dios y a nuestra comunidad terapéutica, se han rehabilitado en número muy considerable y han recuperado su familia, su matrimonio, su trabajo, o han encontrado otro mejor, o han continuado o terminado sus estudios".

Tal vez, a muchos no les esté diciendo nada nuevo, porque los medios de comunicación de Canarias siempre nos han tenido informados de la labor del Proyecto Hombre en nuestras islas, y de manera muy puntual este periódico: cómo Fundación Canaria CESICA ha evolucionado y madurado en los últimos años ganando eficacia, tanto desde el punto de vista organizativo como desde el punto de vista de la atención a las personas que reclaman nuestra asistencia.

Sin embargo, tal vez no se conozca tanto la situación crítica -sin llegar a ser desesperada- por la que está pasando esta fundación. Parece ser que nadie se libra de la dichosa crisis, "aunque ya se veía venir y habíamos adoptado todas las medidas de sobriedad y recortes posibles, pero aún así...". Pienso que, para la sanidad y este tipo de instituciones, tanto el Estado como las comunidades autonómicas deberían tener previsto recursos para hacer frente a estas situaciones.

Aunque me aclara el presidente que tanto el Estado como la comunidad autónoma van cumpliendo con lo previsto, que el problema es de la banca, ya que, como todas las fundaciones, dependen de una póliza, y que si no le hacen efectivo el dinero, como hasta ahora, se verían con dificultades para poder contar con los profesionales y medios y continuar con su labor.

Vi a don Antonio preocupado por la gente que tiene en rehabilitación y por las personas que les atienden, aunque sin perder la calma y hasta la ilusión: esa garra y esa esperanza que le caracterizan, acostumbrado a saltar parapetos de todo tipo. Confía en que se agilicen la gestiones bancarias y en la solidaridad probada del pueblo canario.

y profesor emérito

del CEOFT

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