En estos comentarios culinarios de los viernes, que por parte de este comentarista se remontan a más de diez años, las fórmulas para describir las sensaciones que reportan la degustación en un establecimiento han sido variadas.

Generalmente prólogos que sirvan de base a lo que luego se resuelve en el texto subjetivo.

Hoy, esa introducción, tan sólo tiene una convicción categórica: reconocer a los hermanos Carlos y Javier Cabrera el trabajo y la afinada visión que han desplegado en todas las vertientes del Grupo Monkey''s (Grill, Italiano y el Oriental, más espacio Chill Out para alta coctelería).

El Oriental del Monkey''s, con el fichaje del chef Ignacio Hernández Almira, constituye todo un umbral de asombro, tanto por el espacio y su atmósfera -con cocina vista-, comodidad del mobiliario y la decoración impecable, como por una delicada propuesta de esa vertiente de la cocina, sobre todo japonesa.

El director creativo, Carlos Cabrera, ha dejado una impronta que rezuma finura y calidad con una diferenciación de los estilos: el potencial del sushi-bar y el criterio nikkei (la fusión de los formatos culinarios nipones con otros recetarios).

De ahí, el equipo de cocina es capaz de interpretar, como muestra, una causa limeña con pulpo a la japo-gallega, con el recetario peruano como base.

Dejen que les exponga algunos platos que probé: albóndigas de rabo de toro con salsa teriyaki y trufa sobre espuma de papa negra canaria. Crean que da un resultado inmejorable para concepto tan ibérico.

Gustativamente hablando, acento sápido, pero también finura con la zamburiña (similar a la vieira) con ají amarillo y salsa japonesa sobre gajos de lima.

La sopa tailandesa con langostinos y verduritas de temporada ponen un contrapunto que "sienta" las madres tras una degustación de suhi y maki, mientras que otra joya de la corona, que me encantó por sutileza, fue el tataki de atún rojo con japo-mojo y espuma de papa negra, con claro guiño al estilo canario. En cuanto a la línea dulce, valga mencionar el cremoso de chocolate blanco con galleta de pimienta de java, plátano canario y parchita.

En cuanto a la bodega, una gran variedad de caldos, cavas y champán de todo el mundo se refleja con elocuencia en una carta que incluye la foto de la botella para facilitar la elección en cada maridaje. Quiero pone el énfasis que requiere y merece el personal de servicio de sala del grupo.