El futbolista Justo Gilberto González Expósito, nacido en Santa Cruz de tenerife el 4 de octubre de 1942, falleció esta maána después de padecer una larga enfermedad.
Esta leyenda del fútbol canario debutó en 1961, a la edad de 20 años, en Primera División, en el fugaz paso del CD Tenerife por esa categoría. En Segunda División consigue su mejor marca goledadora con 13 tantos en la temporada 1966/67. En 1967 ficha por la UD las Palmas, en donde se le apoda Gilberto II por coincidir en este equipo con Gilberto Rodríguez Pérez, permaneciendo en la UD Las Palmas hasta 1974. Ese año vuelve al equipo donde debutó, jugando tres temporadas antes de retirarse.

Justo Gilberto ofrece una humilde primera impresión, desgraciadamente impropia en deportistas que, como él, lo han sido casi todo en el deporte tinerfeño y canario. Este santacrucero, nacido en 1942, tiene un currículum increíble: debutante en Tercera División con quince años, en Primera con dieciocho, integrante de la mejor plantilla de toda la historia de la Unión Deportiva Las Palmas, jugador del primer equipo del Club Deportivo Tenerife durante nueve temporadas e internacional absoluto con la selección española de fútbol en tres ocasiones. A todo ello hay que sumar veintitrés años como entrenador. Y da gusto hablar con él. Eso, a fin de cuentas, es lo más importante, como el propio Gilberto reconoce con una frase tan sencilla como elocuente: "Es que soy del Toscal". Y sabe muchísimo de este deporte.

Para él supone "una gran satisfacción" que la Asociación Tinerfeña de la Prensa Deportiva lo haya premiado como leyenda deportiva. "Es importante que se acuerden de uno, aunque ya llevó retirado unos cuantos años. Y mejor que te recuerden en vida", comenta con sentido del humor. Justo se dedica ahora a ver partidos, sobre todo del Tenerife, que es el club que más quiere (la Unión Deportiva es el segundo), y también a dar largos paseos por la Avenida de Anaga con unos cuantos amigos suyos, entre ellos Martín Marrero, Ñito y Lorenzo, los dos primeros muy conocidos por su vinculación con el representativo. ¿Lo mantienen en forma esas caminatas? "Pues imagínate, estoy esperando que David Amaral me llame para jugar el sábado", responde entre risas.

"Lo echo de menos porque es lo que he hecho toda mi vida". Eso dice del fútbol. Efectivamente, Gilberto se pasó "mil" años metido en esto: "Estuve diecisiete temporadas como futbolista profesional, primero seis en el Tenerife, luego otras ocho en la Unión Deportiva y otras tres de nuevo aquí". El protagonista resume con ironía esa longevidad deportiva: "Fueron un par de añitos".

Un gran jugador

La historia de este hombre incluye equipos que los de menos de cuarenta o cincuenta años no conocen: "Empecé a jugar en el Barrio, luego pasé al Infantil García Escámez, al Weyler, al Toscal, al Atlético Tinerfeño y después al Realejos, en el que compaginé partidos con el juvenil y con el conjunto de Tercera". Su debú en Primera División se produjo en la liga 61-62, la única de los sesenta que el Tenerife disputó en la máxima categoría. "Tenía sólo dieciocho años, pero jugué veintitrés encuentros de delantero centro y marque ocho goles", afirma orgulloso.

¿Con qué se queda Justo de aquella maravillosa etapa? "Pues con lo que más me ha dejado: amigos y recuerdos, grandes recuerdos". Entre ellos, se supone, están sus tres partidos como integrante del equipo nacional de España. "Y fue en la época de Franco", señala medio en serio, medio en broma. Y como tiene "memoria para dar y regalar", según dice, se viste de nuevo con el dorsal 15 de la selección para rememorar aquellas citas: "La verdad es que no llegué a jugar, pero viví una gran experiencia. Fueron un amistoso contra Francia que ganamos 1-4 ó 1-5 más dos partidos para el Mundial de México ante Yugoslavia, con la que empatamos a cero, y con Bélgica, ante la que igualamos a uno".

Aquella etapa internacional de Gilberto se gestó al amparo de su presencia en la mejor plantilla histórica de la Unión Deportiva, club con el que logró clasificaciones fenomenales en la Liga de Primera División. De tal generación surgieron otros cinco internacionales: Martín, Tonono, Castellano, Guedes y Germán. "Era un equipazo. Y todos canarios, menos los porteros", se apresura a informar.

Entrenador de club

Salió del césped con 34 años, pero pronto se sentó en el banquillo de los entrenadores. Gilberto desglosa esa vivencia: "Me pasé más de veinte años, muchos de ellos como ayudante en el primer equipo, como cuando empecé, con Olimpio Romero. Al Tenerife lo dirigí en distintas etapas, como cuando echaron a Fuertes o a Martín. Y también, junto a Domingo Rivero cuando cesaron a Milosevic, y en la época de Azkargorta...". A su vínculo con el Tenerife le busca una conexión cinematográfica: "Yo era como la de aquella película, reina por un día, pero en versión fútbol. Cuando hacía falta alguien me llamaban a mí y ahí estaba. Siempre fui fiel al equipo, al club y a los entrenadores. Jamás me llamaron la atención".

Al Club Deportivo Tenerife le augura la permanencia esta temporada porque lo ve bien dirigido y ofreciendo un rendimiento adecuado "aunque los árbitros no nos están beneficiando", protesta como un aficionado más, ya que ahora se ha convertido en eso, en un experto seguidor que habla de fútbol por la avenida. Y Gilberto presume aún del cariño que la gente de Tenerife y Las Palmas le muestra por la calle. Todavía se acuerdan de él. ¿Y saben por qué? Porque las leyendas no se olvidan. Por eso lo so