¿TODAVÍA no se han dado cuenta los canarios de que están gobernados por un loco político? Por un idiota, un inepto y un obseso con el poder, al igual que su esposa. Nos seguimos preguntando si Paulino Rivero ha leído un solo libro en su vida. Si es así, que nos diga el título, porque sospechamos que no ha hojeado ni un TBO. Si no ha hecho ni una sola obra, u obrita, ni tan siquiera medianamente positiva, si tiene harto y públicamente demostrado que es un político funesto, inútil, incapaz -salvo en denunciar a los ciudadanos honrados o injuriarlos y calumniarlos-; que solo hace barrabasadas políticas y utiliza en su beneficio medios públicos como el helicóptero, ¿por qué ese afán suyo en mantenerse en la presidencia de la comunidad autónoma, apoyado por un fallo gravísimo de la ley electoral, que permite un pacto de gobierno entre perdedores? ¿No es de sospechar que detrás de ese afán de poder haya algo más inconfesable? Recuerden los lectores, los habitantes del Archipiélago, una sola obra, algo atribuible a Rivero desde que es presidente de la comunidad y dígannoslo.

Como consecuencia de la incompetencia de Rivero como gobernante -nulidad que hacemos extensiva a la pandilla política de la que se ha rodeado-, todos los días tenemos que ofrecer malas noticias a nuestros lectores. Ayer publicábamos en primera página que la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias -el inútil Gobierno presidido por un inútil político- parece que no tendrá medios para cubrir las vacaciones del personal durante los meses de julio, agosto, septiembre y octubre, con lo cual se verá obligada, muy probablemente, a cerrar servicios. Es decir, más listas de espera y más fallecimientos sin recibir la asistencia debida. Igual que en los países del tercer mundo. No hay duda de que Paulino Rivero ha hundido a Canarias. Por su culpa, al igual que por la persistencia de nuestra infame situación colonial, hemos pasado de ser las Islas Afortunadas a ser un Archipiélago desgraciado. La principal desgracia es el presidente del Gobierno regional. No obstante, con respecto a la asistencia sanitaria durante el verano, discrepamos de lo que dice el Sindicato de Médicos y otras organizaciones que agrupan a los trabajadores del sector. Pensamos que la ampliación de la jornada laboral de 35 a 37,5 horas a la semana no tiene por qué ser ningún caos. Estamos en una situación de crisis, agravada en Canarias por la presencia de políticos ineptos y déspotas, que requiere la participación de todos para salir adelante. Dos horas y media a la semana suponen media hora diaria en el caso de que se trabajen cinco días. A nadie le gusta trabajar más y ganar menos, aunque también las empresas, tanto las públicas como las privadas, están teniendo muchos menos ingresos que antes.

Sí les damos la razón a los trabajadores sanitarios, así como los dedicados a cualquier otra actividad, en lo que dicen sobre los políticos. El comportamiento de los políticos no puede ser más indecente. Ahí tenemos el caso del Parlamento de Canarias, convertido en un antro no como institución -como institución es muy digna- sino por culpa de quienes, tanto ellos como ellas, se sientan en sus escaños. Nos dicen que se van a bajar los sueldos, pero nos ocultan el montante de lo que cobran. Un día les afeamos que se subieran las sustanciosas pagas que ya entonces estaban cobrando. ¿Tomaron nota de nuestra justísima crítica y enmendaron la tropelía que acababan de cometer? Qué va. Reprobaron a EL DÍA. Es decir, mataron al mensajero espoleados por una periodista de Las Palmas enemiga acérrima de esta casa y de José Rodríguez, que la ha denunciado ante los tribunales aunque de momento se ha librado gracias a la intervención de una jueza amiga suya, denunciada en su día ante el Consejo Superior del Poder Judicial por José Rodríguez, que debió abstenerse. Prevaricación manifiesta.

Entre tantas desgracias, este fin de semana al menos hemos podido disfrutar de una buena noticia, como es la inauguración del nuevo puerto pesquero y deportivo de Garachico. Tres siglos después de que lo sepultara un volcán en mayo de 1706, esta entrañable localidad tinerfeña vuelve a ser villa y puerto. Que nadie piense que Paulino Rivero, presente en la inauguración, al igual que el españolista Ricardo Melchior, ha tenido algún mérito en la culminación de esta obra. Garachico vuelve a tener su puerto no gracias a Paulino Rivero, sino a pesar de la presidencia de este bruto político que está acabando -en realidad, ha acabado ya con la riqueza de las Islas- por culpa de su negligencia como mandatario y la de quienes lo rodean, empezando por la goda política que maneja los hilos en la sombra. Si Paulino hubiese tenido algo que ver con el puerto de Garachico, jamás se hubieran culminado las obras porque este hombre es la maldición de Canarias.

Lo hemos dicho muchas veces y lo repetiremos todas las que sean necesarias: Canarias tiene que lograr su independencia para situarse en el lugar que le corresponde en el mundo. Lugar que es el de las naciones desarrolladas, en las que sus habitantes viven holgadamente con sus recursos sin necesidad de hacer colas ante los comedores sociales para que les den un plato de comida por caridad. Con colonialismo y con un tirano político presidiendo el Gobierno regional, por muchos puertos que inauguremos seguiremos en el tercer mundo.